El viceportavoz segundo del Grupo Parlamentario del BNG, Luís Bará, ha valorado en profundidad este jueves la nueva estructura de la Xunta que dirige Alfonso Rueda y ha dicho que tiene varias «claves», que ha sintetizado en cuestiones como «peleas internas, cambios regresivos, devaluación en ámbitos estratégicos y presión de determinados lobbies externos», además de modificaciones en la Presidencia de la Xunta que merecen –añadió– «una pieza separada» por su «entidad propia y calado político».
Así, en cuanto a las «peleas internas» se ha referido a la «degradación» de Diego Calvo, que «pierde competencias» como la vicepresidencia primera, con todo el «simbolismo» que eso significa pese a que haya tenido como «premio de consolación» ser presidente accidental durante el viaje de Rueda a Argentina.
Así, sobre el que también es presidente del PP de A Coruña –y llegó a cuestionar la sucesión de Feijóo en la que salió escogido Alfonso Rueda–, Luís Bará ha puesto el acento que «pierde» las delegaciones territoriales y recibe «el regalo envenenado» de las competencias de mobilidadad, «una de las causas» del cese de Ethel Vázquez –atribuye el diputado del BNG– y materia que está «judicializada». «Es un marrón que recibe a cambio de perder otras (competencias)», ha apuntado.
En este mismo sentido, ha considerado que «las presiones territoriales» de Lugo han supuesto el cambio en Medio Rural, para que gane peso la provincia lucense y en detrimento de Ourense o Vigo, que «siendo la principal ciudad no tiene a nadie».
CAMBIOS «COSMÉTICOS»
Sobre los cambios «cosméticos» se ha referido a la «destitución de (Julio García) Comesaña y toda la cúpula» de sanidad, lo que considera debido al «fracaso estrepitoso» en la asistencia sanitaria. «El cambio de políticas sería la solución», ha apuntado, para añadir que si no todo puede quedarse en «lampedusiano: que todo cambie para que todo siga igual o peor».
En el capítulo de «devaluaciones» o «regresiones», Bará ha puesto la «pérdida de peso político» de Igualdad, que por un lado ya ha ido perdiendo «transversalidad» y ahora pasa a ser una dirección xeral, «perdiendo más peso aún». En esta misma línea se ha referido a la «desaparición» de la ordenación del territorio lo que le hace sospechar que tiene que ver con los «proyectos depredadores».
Ligado a ello, ha censurado la «liquidación fulminante de la Axencia Galega da Industria Forestal (XERA), «en contra» de todas las organizaciones del sector que, sostuvo, se debe a «presiones de determinados lobbies» y que ve con el «transfondo» del fin de la moratoria del eucalipto en 2025.
También ha censurado la creación de dos direcciones xerais que, a su juicio, se solapan como son la de Renovables e Cambio Climático y la de Industria e Servizo Enerxético. En cuanto al nombramiento para la primera de ellas de Paula Uría, ha dicho que es «poner al lobo a cuidar de las ovejas» y ha criticado que va en contra del lema de la «desburocratización».
«PIEZA SEPARADA»
Sobre la «la pieza separada» de Presidencia, ha manifestado que la creación de un órgano de coordinación asuntos económicos arroja «desconfianza» sobre la oficina económica de Industria y también ha sostenido que el departamento de asuntos constitucionales parece de «confrontación institucional».
Así las cosas, ha observado un «gobierno dividido, con enfrentamientos internos y soterrados, regresivo en igualdad y ordenación del territorio, sometido a estrategia de los lobbies y un gobierno que sale muy caro en el incremento de consellerías y órganos».
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Audio: El BNG analiza las «claves» de la estructura de la Xunta: «peleas internas, cambios regresivos» y re
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