La iniciativa legislativa popular para restaurar la letra fidedigna del Himno de Galicia, con letra escrita por Eduardo Pondal y con letra de Pascual Veiga, ha encontrado la negativa de PPdeG y PSdeG, que se han aliado para sostener que la corrección de los errores filológicos debe pasar por un estudio sosegado en el que se recojan valoraciones de expertos e instituciones en una comisión parlamentaria ad hoc.
La iniciativa, avalada por 16.000 firmas válidas de gallegos, fue defendida por el catedrático de la Universidade de A Coruña Manuel Ferreiro, el mayor investigador de la obra de Eduardo Pondal con una decena de libros publicados, quien al término del debate parlamentario se ha visto visiblemente decepcionado y afectado por el «no» recibido y quien ha sugerido que los diputados confunden «consenso social» con «institucional», como dijo durante el debate.
Lo dijo después de que tanto la socialista Noa Díaz como el popular Alberto Pazos Couñago apelasen a sendos informes de la Real Academia Galega (RAG) y del Consello da Cultura Galega, que, desde que en 1996 se abriese el debate por primera vez en el Parlamento de Galicia, emitieron a propósito de las primeras propuestas para corregir las faltas del Himno, tales como signos mal colocados o que no se recogieron.
A ellos, el profesor Ferreiro les respondió advirtiendo de que esos informes o bien eran «escuálidos» o estaban hechos hasta con «dejadez» , ya que incluían inclusive errores ortográficos en la escritura. Además, desde entonces se tuvo conocimiento de la carta de 1913 en que Pondal mostraba su voluntad de corregir el texto, sobre lo que Pazos indicó que no había especificado cuáles, a lo que el profesor le respondió que estaba prácticamente ciego en aquel momento con 80 años.
Populares y socialistas pidieron a la comisión promotora que no interpretasen el «no» como una negativa final, sino como el inicio para un estudio sosegado, puesto que, a juicio de Noa Díaz, la iniciativa legislativa popular no es el instrumento adecuado para resolver desde la «política» esta cuestión. En ambos casos, mostraron su disposición a registrar este mismo martes una petición conjunta para estudiar los cambios.
Ya fuera de la sesión plenaria, uno de los integrantes de la comisión promotora reprochó a los representantes de PP y PSOE que se sienten «engañados» y les recordó que, desde el mes de marzo que solicitaron reunirse con todos los grupos, habían tenido ocasión de revisar la documentación que se aporta para apoyar la restauración del texto que, por ejemplo, empieza con una pregunta a la que ortográficamente le falta el interrogante.
«LAS PRUEBAS OBJETIVAS SON FIRMES»
«Las pruebas objetivas son firmes», ha incidido Manuel Ferreiro, quien incidió en que él mismo no pudo corregir el texto impreso por primera vez en La Habana debido a su estado de salud.
En cuanto a los informes que se esgrimieron en la década de los 90 para no restaurar la letra original de Pondal, el catedrátido de la UDC expuso que «aseguran erradamente» que Pondal «toleró» las faltas y que «es difícil» conocer la «versión última»: «Sabemos perfectamente cuál es la versión última».
Sobre las afirmaciones de que pudo deberse a la evolución propia de la transmisión, Manuel Ferreiro, en su condición de profesor, ha dicho que podría hacer un «examen» en el hemiciclo y que «podría suspender o aprobar», poniendo en duda ese conocimiento y transmisión (durante la dictadura esta prohibido). «Permítanme dudar (de ese conocimiento popular y transmisión), entre otras cosas, porque no forma parte del currículo escolar», ha enfatizado.
Manuel Ferreiro ha concordado con que efectivamente es preciso un «consenso social» y deseable unanimidad –como expresó Pazos–, por lo que hizo una última apelación a los diputados confiando en que modificasen el sentido del voto expresado en el debate, puesto que en la propia tramitación del texto legislativo que este martes se debatió se podrían abordar todos los detalles y cambiar cuestiones.
Y sobre que no lean el voto negativo como un no, el catedrático respondió: «O sí o no, o se admite a trámite o no se admite». A lo que añadió que «solo faltaba que Pondal a sus años, y prácticamente ciego, señalase los errores y profetizase que en 2023 se iba a estar discutiendo sobre su voluntad y la letra literal».
El catedrático de Filología ha avisado de que el texto «no responde a la voluntad de Pondal», recoge «formas inexistentes», está «deturpado, incorrecto e incluso falso», por lo que llamó a «optar por la verdad recuperando el texto correcto y cierto, como corresponde».
APOYO DEL BNG
El BNG, a través de la diputada Mercedes Queixas, sí ha apoyado la tramitación de la iniciativa legislativa popular, sobre la base de que es «de justicia histórica» y apeló al precedente de la unanimidad para la ley del Panteón de Galegos Ilustres para seguir esa senda con esta cuestión.
Por su parte, la diputada socialista Noa Díaz aseguró que el debate llegaba «en el momento adecuado» en pleno «momento de refuerzo de las identidades» con la aprobación del uso de las lenguas cooficiales en territorios del Estado en el Congreso. Sin embargo, justificó el no al dudar del consenso y a que hay que escuchar a las instituciones.
Mientras, el portavoz parlamentario popular apeló al consenso «pacífico y consensuada» y por eso ha dicho que «no es un punto y final», al respecto de lo que ha esgrimido una comisión especial de estudio que, si quieren los grupos, la firman de forma conjunta este mismo martes.
TEXTO
No es el primer intento que se lleva a cabo para tratar de acomodar el texto legal a la originalidad del poema escrito por Eduardo Pondal desde 1996, sobre en 2002 y en 2017-2018.
En la exposición de motivos se hace referencia a castellanismos e ‘hiperenxebrismos’ (hípergalleguismos) como ronco/rouco o iñorantes (se escribió ignorantes, en la forma original), así como la deturpación de la expresión original por un «proceso de banalización textual, pasando de ‘clan’ –pueblo– a ‘chan’ –suelo–.
El propio Eduardo Pondal «era consciente de estas deturpaciones textuales» cuando en una carta del 11 de enero de 1913 advierte que «el texto contiene no pocas erratas», pero «infelizmente el estado de salud de Pondal no permitió la actuación correctora y restauradora», por su práctica ceguera.
CUATRO ARTÍCULOS
La proposición de ley popular rechazada incluye cuatro artículos, el primero de ellos, para modificar el artículo 4 de la Ley 5/1984 de símbolos de Galicia para fijar la letra del himno en los cuatro primeras estrofas. También se incluye otra modificación, en este caso de la disposición adicional tercera de esta misma ley para incluir el texto completo que se corresponde con el himno, incluyendo esas modificaciones.
La iniciativa legislativa popular incluía un tercer artículo para que la Xunta haga cumplir a todas las instituciones y sociedades públicas de ellas dependientes, como la radio y la TVG, la «reproducción, canto e interpretación completa» del himno.
Finalmente, reclamaba que la Xunta haga una edición popular de la letra restaurada conforme al texto creado por Eduardo Pondal, junto con la partitura del himno, con el objetivo de distribuirlo, divulgarlo y popularizarlo de forma masiva en la sociedad gallega, singularmente, en todos los centros educativos, agrupaciones musicales y corales, bandas de música, entidades deportivas, asociaciones culturales o cualquier otra entidad cívica.