El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, celebra este viernes su primer cumpleaños desde que fue investido como jefe del Ejecutivo autonómico con varios mensajes: que habría «continuidad de la buena» de la gestión de su antecesor, Alberto Núñez Feijóo; que seguiría su «camino reivindicativo» con el Gobierno que dirige Pedro Sánchez; y que mantendría el respaldo a las familias.
Doce meses después de que Rueda (Pontevedra, 1968) resultase elegido sexto presidente de la Xunta con el «sí» de 41 diputados del Grupo Popular (faltó el portavoz, Pedro Puy, quien sufrió un infarto en esa jornada), los hechos evidencian voluntariedad en la «continuidad» de la gestión de Feijóo y avances en compromisos, pero también retos pendientes.
Y también confrontación con el Gobierno central por distintos temas. En el foco está ahora la ley autonómica de ordenación al litoral. Que quede definitivamente aprobada a lo largo de este año es uno de los retos que se ha marcado Rueda, quien al mismo tiempo ha chocado con el Gobierno por la misma –el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, afirmó que era «casi una declaración de independencia»–.
ESTRATEGIA RETORNA
Por su parte, a consulta de Europa Press, fuentes del Ejecutivo autonómico han destacado algunas medidas adoptadas. Por ejemplo, en el ámbito de la política familiar, remarcan que se apostó por uno de los ejes clave para afrontar el reto demográfico: estimular el retorno de los gallegos del exterior.
La Xunta reivindica que 28.000 gallegos volvieron a casa en los últimos cinco años y pone en el foco de la ‘Estrategia Retorna’, que busca que hasta 2026 sean otros 30.000 más. Una de sus medidas más innovadoras aspira a que 400 gallegos retornen a su tierra con un contrato indefinido, en aquellos sectores donde hay más demanda que oferta de empleo.
Este ha sido uno de los objetivos principales de los dos viajes internacionales que ha realizado el presidente Rueda en este tiempo: a Argentina y a Uruguay y a Panamá, México y, después de más de 20 años, un presidente gallego ha vuelto a Venezuela, donde viven 30.260 gallegos.
Respecto a los mayores, la Xunta reivindica que está en marcha «la necesaria simplificación» de los trámites para la dependencia (que permitirá recortar a la mitad los tiempos de espera).
SOCIEDAD IMPULSA
Además de la consolidación del sector turístico, e clave económica, el Ejecutivo autonómico también destaca la apuesta por la Xunta, acompañada por la Sociedad Impulsa, para captar nuevos proyectos y agilizar trámites.
A modos de ejemplo, han citado la nueva fábrica de neumáticos de Sentury Tire en As Pontes, la factoría de fibras sostenibles para la industria textil de Altri en Palas de Rei, la planta de ánodos de grafito de Resonac en A Coruña, un data center que podrá gestionar los datos de casi el 100% del ecosistema empresarial gallego o los dos proyectos de plantas de hidrógeno en Meirama y también en As Pontes.
Asimismo, reivindica la ordenación del desarrollo eólico de Galicia para garantizar que sea sostenible y que sus beneficios reviertan en la sociedad gallega, a través de la nueva Ley de recursos naturales.
También en este año se ha patrocinado la alianza entre Reganosa y Enagás que, además de dar entrada al capital gallego en el puerto asturiano del Musel, supone, sostiene la Xunta, «un gran avance para la conexión gasística de Galicia.
CRÍTICOS CON LA ACTITUD DEL GOBIERNO
Seguir por la línea de la estabilidad financiera, con el control de la deuda y del déficit, y medidas de vivienda para jóvenes, son algunos de los pasos de los que también se encuentra orgulloso un Ejecutivo que considera que «la nota agridulce» la ha puesto en este año «la manifiestamente mejorable actitud del Gobierno central hacia Galicia»
En este sentido, aunque en la Xunta se evita el término confrontación e inciden en la lealtad institucional, se certifica que Rueda ha tenido que «alzar varias veces la voz en defensa de los intereses» de Galicia.
En concreto, preocupan «mucho» al Ejecutivo gallego tres asuntos: la «parálisis» de los fondos europeos para la industria, la «desatención hacia las infraestructuras gallegas» (o la falta de plazos concretos para los trenes Avril), o la «reiterada negativa a que Galicia ejerza las competencias en gestión del litoral» –frente a la que se ha impulsado, precisamente, la ley propia de gestión del litoral–.