El presidente de la Xunta y líder del PPdeG, Alfonso Rueda, ha evitado por ahora avanzar medidas disciplinarias o de otra índole contra el presidente de los populares ourensanos y de la Diputación, Manuel Baltar, con quien ha hablado después de trascender que fue detectado mientras circulaba en un vehículo de la institución provincial a 215 km/h en la A-52 en dirección a Madrid.
Rueda había optado por mantener silencio sobre el caso en la sesión de control que albergó este miércoles el Parlamento de Galicia, en la que la oposición –BNG y PSdeG– le urgieron a exigir responsabilidades al dirigente ourensano, al tiempo que sugerían que, si no lo hace, será porque «no tiene autoridad» o porque «quien manda en Ourense» es Baltar.
Sin embargo, a preguntas de los medios antes de participar en un acto en Pontevedra, sí que ha reconocido que habló con Baltar en dos ocasiones –la pasada noche y este miércoles por la mañana–. «Reconoce los hechos hasta el punto de que había una sanción que él paga», ha aseverado, antes de incidir en que está seguro de que «el primero que lo siente» es el propio líder del PP provincial de Ourense.
Ante la insistencia de los medios acerca de si la formación va a dar algún paso contra Baltar, ha respondido que él «solo» conoce «una infracción administrativa», que el afectado admite y por la que abona la multa correspondiente. «Y esto es lo que hay en este momento», ha dicho, si bien ha admitido que considera que los representantes políticos tienen que «dar ejemplo».
En este punto, ha recalcado que, si algo le ha quedado claro tras su conversación con el ourensano, es que él es «el primero» que «siente» su conducta.
«YO NO SOY JUEZ»
Ante la insistencia de los periodistas, en relación a que la Guardia Civil ha remitido al juzgado el atestado por exceso de velocidad por un posible delito contra la seguridad vial y el hecho de que condujese un vehículo oficial, Rueda ha defendido que desconoce «todo eso».
Ha recalcado que él conoce «lo que fue allí notificado», antes de añadir que, sobre «otros condicionantes», tendría que ver «cómo se califican». «Y yo no soy juez», ha aseverado.
Finalmente, ha minimizado la relevancia de que fuese al volante de un vehículo de la Diputación. Según ha defendido es algo que hace «habitualmente» cuando tiene reuniones, como en este caso –ha recordado que fue el domingo y tenía encuentros de trabajo previstos en Madrid al día siguiente–. Por ello, ha concluido que no le ve «mayor relevancia».