El BNG y el Partido Socialista han cruzado reproches y acusaciones mutuas de pretender «reescribir la historia» sobre lo acontecido en torno al 10 de marzo del año 1972, cuando unas protestas de los trabajadores de la antigua Bazán para reclamar un convenio propio derivaron en disturbios en los que los trabajadores Amador Rey y Daniel Niebla fueron asesinados por la policía franquista.
Ha sido durante el debate de una iniciativa presentada por el Grupo del Bloque en el pleno del Parlamento gallego, donde los nacionalistas han propuesto a la Cámara que el 10 de marzo sea declarado oficialmente ‘Día de la clase obreira galega’. La proposición no de ley, defendida por el parlamentario frentista Ramón Fernández, será votada el miércoles.
En su exposición, Fernández reivindicó las luchas obreras de la época y, en especial, las mantenidas en la ciudad naval durante los primeros años de 1970.
En concreto, subrayó que el 10 de marzo del 72 fue el germen del movimiento sindical gallego y puede considerarse la primera condena de la Iglesia al régimen franquista por la actitud de los párrocos ferrolanos que oficiaron los funerales de los trabajadores fallecidos, celebrados bajo un intenso ambiente represivo.
Para la diputada socialista Carme Rodríguez Dacosta, el Bloque «intenta reescribir la historia» al tratar de patrimonializar los hechos del 72 para «un sindicalismo nacionalista» que, según ha recalcado, no estaba organizado todavía en aquellos años.
En este sentido, ha subrayado que «la única mención» a una organización nacioalista que realiza la exposición de motivos del texto registrado por el BNG en la Cámara es a la Confederación Intersindical Galega, entidad que a comienzos de los años 1970 todavía no había sido constituida.
Así las cosas, Dacosta ha incidido en que los nacionalistas gallegos pretenden «reescribir la historia con intereses partidistas» sobre lo ocurrido en marzo del 72 en Ferrol, unos hechos de los que se cumplen 50 años este jueves.
En su turno de réplica, Ramón Fernández replicó a la socialista que el nacionalismo gallego «nunca reinvindió» haber jugado en las protestas del 72 «un papel protagonista» reservado para «la clase obrera»; al tiempo que echó en cara al PSOE de pretender «hacer de la unidad de la izquierda» una «sopa de letras» carente de «objetivos» de transformación de la sociedad.
En el debate también participó el parlamentario del PP José Manuel Balseiro, quien recordó que existe un acuerdo aprobado por unanimidad en el año 2006 en la Cámara autonómica «que sigue plenamente vigente», por lo deslizó que el grupo mayoritario votará en contra de una iniciativa en la que ve un intento del BNG de «tergivesar» lo ocurrido.