La portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Cuca Gamarra, no ve a Yolanda Díaz con «un perfil presidenciable» porque considera que es «una ministra comunista» y su ideología «no la cambia ningún tipo de acuerdo», en referencia al pacto que ha sellado con patronal y sindicatos para la reforma laboral.
«España sociológicamente no es un país que vaya a poner al frente de su Gobierno a un presidente comunista», ha declarado Gamarra en una entrevista concedida a Europa Press, pocos días después de que el Consejo de Ministros haya aprobado el decreto ley que regula la nueva legislación laboral que ahora tendrá que ser convalidado por el Congreso.
En cuanto a si cree que el tanto que se ha apuntado Díaz tras su acuerdo con patronal y sindicatos apuntalan su perfil presidenciable en una futura candidatura en las generales, ha indicado que «es una ministra comunista y la ideología comunista de Yolanda Díaz no la cambia ningún tipo de acuerdo».
«Que haya llegado hasta donde ha llegado en base a una coalición, creo que es lo máximo que podía alcanzar y ya ha llegado hasta ahí», ha declarado. Preguntada entonces si no la ve como cartel electoral en unas generales ha señalado que eso lo tiene que decidir su partido. «Lo que no la veo es con un perfil presidenciable», ha apostillado.
CS: DÍAZ ESTÁ EN CAMPAÑA DE AUTOPROMOCIÓN
También el portavoz adjunto de Ciudadanos, Edmundo Bal, ve a Yolanda Díaz «en su propia campaña de autopromoción personal», utilizando «su despacho oficial, su cargo público, nada menos que una Vicepresidencia del Gobierno, para hacerse autobombo, presentar anuncios publicitarios y lanzar su propio proyecto».
En declaraciones a Europa Press, el dirigente del partido naranja sigue viendo «extremista» que se quiera «coger a Podemos para tratar de conglomerar a otras fuerzas de la izquierda más radical de España detrás de una imagen que parece moderada».
«Me parece que (Yolanda Díaz) sería una malísima presidenta del Gobierno –opina–. Lo que deseo de verdad es que nunca presida España ninguna opción que plantea políticas extremistas».
En todo caso, Bal admite desconocer en qué acabará esa plataforma a la izquierda del PSOE porque «(Iñigo) Errejón dice que esto le gusta, pero que todavía no es el momento, y otros están más celosillos».
AYUNTAMIENTO DE MADRID, EJEMPLO CONTRA «LA POLÍTICA DE LOS BLOQUES»
Por otro lado, Gamarra ha saludado la «gran altura política» que ha demostrado el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, al lograr sacar adelante los Presupuestos municipales con el apoyo de varios ediles del equipo que apoyó en su día a Manuela Carmena, después del rechazo de Vox.
«La política de los bloques no creo que sea buena para España en ningún ámbito y conseguir al final que con otras fuerzas políticas puedan llegarse a acuerdos para que su voto sea favorable a unos presupuestos, pues es bueno», ha manifestado.
Después de que el Rey pidiera a los políticos buscar consensos pese a las diferencias, Gamarra ha asegurado que el PP «si algo ha hecho es tender la mano al presidente del Gobierno para llegar a grandes acuerdos de Estado» pero «los ha rechazado absolutamente todos».
Entre los acuerdos rechazados ha citado el relativo a la gestión de los fondos europeos, con la creación de una autoridad independiente, para que «los fondos no fueran una oportunidad perdida y no se utilizaran de una manera clientelar, buscando el rédito político y no el rédito social y económico».
Gamarra ha señalado que en este nuevo año el PP seguirá tendiendo la mano para que los acuerdos sean posibles pero ha dicho que en su partido lamentan que «el PSOE cada vez sea menos partido socialista y prefiera el Gobierno Frankenstein que impulsó la investidura y que cada día consolida y fortalece más a Pedro Sánchez».
«Cada vez que fortalece más el Gobierno Frankenstein lo que hace es debilitar España y por otro lado, alejarse de la posibilidad de acuerdos y de pactos con el PP», ha afirmado, para recomendar al PSOE «estar más centrado en los problemas de los españoles» y no «única y exclusivamente en garantizarse su continuidad en el Gobierno» a «cualquier precio».