El Parlamento de Galicia ha rechazado toda negación, ya sea parcial o total, del Holocausto como hecho histórico y ha condenado todas las manifestaciones de intolerancia religiosa, incitación, acoso o violencia contra las personas o comunidades basadas en el origen étnico o en las creencias religiosas.
Asimismo, ha llamado a la Xunta a trabajar a destajo contra los posibles brotes de racismo, xenofobia, antisemitismo y otras discriminaciones basadas en el origen étnico o en las creencias religiosas. Además, pide a los ciudadanos y a las organizaciones que permanezcan vigilantes para que «nunca más» un régimen como el que produjo el Holocausto se pueda asentar en ningún lugar del mundo.
Así lo ha señalado en una declaración institucional leída por el presidente del Parlamento gallego, Miguel Santalices, durante el pleno de la Cámara y con motivo del Día Internacional Día Internacional de conmemoración anual en memoria de las víctimas del Holocausto, todas ellas víctimas del nazismo, entre las que se cuentan también gallegos.
En el texto, el Legislativo gallego señala que el Holocausto es el resultado de un programa de persecución, encarcelamiento y exterminio llevado a cabo por el nazismo que asesinó a más de seis millones de personas. «Tuvo su origen en el intento de eliminación de la disidencia política e ideológica y derivó en un genocidio que contó con la colaboración de la dictadura franquista y que persiguió a miles de hombres y mujeres que huyeron del Estado español después de la derrota de la República en 1939 y tras la instauración de un régimen fascista.
En particular, la Cámara recuerda a los más de 10.000 republicanosespañoles que terminaron deportados en los campos nazis por la colaboración del dictador Francisco Franco con el nazismo alemán y el fascismo italiano. Así, señala que, según algunas fuentes historiográficas, casi 200 de ellos eran originarios de Galicia y murieron allí o fueron liberados pero nunca pudieron regresar porque la dictadura franquista, que les retirara previamente la nacionalidad, les negó el derecho a regresar a su país de origen.