Las autoridades sanitarias batieron de cara y de manera muy violenta con el coronavirus dentro de las residencias de mayores. Había estudios chinos que apuntaban un número mayor de mortandade entre personas mayores con patologías previas. Aun así, las diferentes administraciones no actuaron todo el rápido que habían debido, según algunos expertos, familiares, oposición y sindicatos.
En Galicia, la Xunta decidió la finales de marzo concentrar los casos más graves en dos residencias que se denominaron integradas porque pasaron a estar medicalizadas. El objetivo era tratar dentro de ellas los casos de personas contagiadas. Para eso se habilitaron espacios específicos con profesionales venidos de diversas partes de Galicia así como de diferentes organismos dependientes de la administración gallega.
¿POR QUÉ ESTE MODELO?
Miguel Ángel Vázquez, xerontólogo y hasta el miércoles 22 de abril director de la residencia de Baños de Molgas, en conversación con Galicia Confidencial, recuerda que había recomendado hacer diagnósticos precoces en residencias de mayores y separar las personas enfermas de las que no lo estaban.
El propio Vázquez señalaba lentitud por parte de las autoridades para dar respuesta a lo que podría suceder y sucedió en las residencias de mayores, por eso “insistimos en separarlos, porque quien contagiaba eran personas que tenían multiples patologías”. En vista de que las residencias, sobre todo privadas, no tenían espacios acaídos para los enfermos, o hicieron tarde y mal la separación de enfermos, Política Social decide intervenir.
“Nos llama Fabiola García y nosotros le comentamos la necesidad de residencias o centros intermedios para las personas contagiadas y luego hacer analíticas a quién quedaba en las residencias” describe Miguel Ángel Vázquez. A pesar de ello, la incidencia de la COVID-19 en residencias privadas en Galicia fue superior a las públicas “por una cuestión aritmética”, señala Vázquez. Aproximadamente solo el 20% de las residencias son públicas y el resto privadas, algunas con plazas concertadas.
Las residencias privadas no tenían el personal bastante ni la preparación necesaria para afrontar lo que venía enzima. “Muchas residencias no tienen enfermeras porque no tienen deber legal de tenerlas, porque no son centros sanitarios. No hay ninguna residencia en España con médico las 24 h” dice Vázquez.
DISEÑAR UN MODELO DESDE CERO
Las residencias integradas dependen del área sanitaria donde están implantadas, Santiago y Ourense en este caso. La Consellería de Política Social ponen el personal y la atención está bajo la supervisión del SERGAS. No obstante, llegar a desarrollar un proyecto donde las diferentes competencias podrían delimitar el trabajo de los profesionales, no fue un camino fácil y mismo podrían aparecer fallos.
Pero son una buena solución? “Quiero creer que tienen que ser positivas y con algún fin positivo, porque el siguiente paso es derivar a los hospitales, por tanto la medicalización de residencias tiene que dar frutos” dice Javier Lareu de CCOO. “Convertir residencias en hospitales es imposible, de ahí que se usara el eufemismo de medicalizar las residencias” indica Lareu.
El uso de estas integradas por parte de centros privados, responde la que la atención que reciben las personas derivadas es por parte de “personal del SERGAS y Política Social” dice Xan Carlos Ansia de la CIG. Para Ansia a Consellería de Política Social “está soportando la carga de las residencias privadas que no supieron inspeccionar y controlar”.
El caso es que por ejemplo, en Baños de Molgas, unas instalaciones recén acabadas, hubo que mejorar la traída de agua, la toma de electricidad o mismo resolver problemas de catering. Los turnos se organizaron para que se trabajaran siete días y luego catorce días de libranza. “Catorce días es el tiempo que estimábamos prudente para saber si una persona estaba contagiada o no”. Y con todo, hubo fallos.
La esta residencia habían llegado máscaras defectuosas de las entregadas por el Estado y luego repartidas por la Xunta. “Las compañeras informaron por whatsapp que desde la dirección informan que el SERGAS comunica que el lote de FPP2 que entregaron al equipo 2 son defectuosas” dice Lino Díaz de UGT. Solo afecta a un equipo. El propio Miguel Ángel Vázquez, en conversación con Galicia Confidencial confirmaba un positivo en el equipo 2, lo que había recibido las máscaras defectuosas. El pasado día 22 de abril se hicieron pruebas de las que aún no se conocen los resultados.
¿A CIEGAS?
“Creemos que esto se hizo con mucha prisa, es cierto que había que separar personas contagiadas de las que no lo estaban, algo que se está haciendo en las residencias de manera habitual, ahora” dice Javier Lareu, que insiste en que “la mayoría de los casos son desviados la estas residencias integradas”.
Otra cuestión era de donde sacar personal suficiente para atender estas nuevas instalaciones. Una solución fue a enviar trabajadores y trabajadoras del Consorcio Gallego de Bienestar, que “son el servicio low cost del personal del que disponen” dice una trabajadora del Consorcio. Este personal no forma parte de momento, del personal laboral de la Xunta de Galicia.
“Esta gente hace todo tipo de trabajos” dice Xan Carlos Ansia. Personal de Política Social dentro de residencias privadas bajo la supervisión del SERGAS. Todo esto podría llevar a la descoordinación del personal. “Claro que es descoordinación y falta de criterio, porque cuando trabajas a golpe de improvisación, actúan en cada lugar de manera distinta y caótica”.
Se trabajó a ojos cerrados? Miguel Ángel Vázquez dice que sí. “En un estado de alarma puede salir todo mal porque no hay precedente, no hay sitio en donde se haya montado en un mes un centro de estas características”. Con todo, Vázquez está convencido de que el tiempo y el sentido de las cosas “nos dará la razón”.
Las residencias integradas fueron fruto de la improvisación. La respuesta a esto es que había y hay, un estado de cosas totalmente desconocido para lo cual no había sistema preventivo. Las residencias privadas usan estas integradas por falta de medios, por eso fue el sistema público quien puso personal y medios, y aún con eso, el presidente Feijóo sigue defendiendo modelos privados.