La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) ha elaborado el documento ‘Propuesta de SEPAR sobre la inclusión de pacientes respiratorios en el grupo de muy alto riesgo para la vacunación COVID-19’, con el fin de apoyar a las autoridades sanitarias en la toma de decisiones sobre cómo actuar en la sobre este colectivo y que además sirva para reducir el impacto de la infección por SARS-CoV-2.
En este sentido, recuerdan que, dentro de la diversidad de síntomas de la infección SARS-CoV-2, uno de los que tienen mayor prevalencia son los síntomas respiratorios, que pueden ser leves en la vía aérea superior o pueden conducir a la aparición de una neumonía o síndrome de distrés respiratorio agudo (SDRA). Por otra parte, los efectos de la enfermedad no se reducen a aquellos síntomas que se presentan durante la fase aguda, sino que cada vez son más conocidas las secuelas respiratorias a medio y largo plazo.
«Desde nuestro punto de vista, una elevada cobertura de vacunación en la población en general, y en las personas con enfermedades respiratorias en particular, reducirá significativamente la carga de la enfermedad, la hospitalización convencional y en la UCI y, por supuesto, la mortalidad. Tenemos que entender que los pacientes con enfermedades respiratorias crónicas son especialmente vulnerables», neumólogo y Presidente de SEPAR, el doctor Carlos A. Jiménez Ruiz. En este documento se recomienda el uso de las vacunas, «ya que son eficaces y seguras», comenta.
Según expresa por su parte el neumólogo, miembro de SEPAR y primer autor del documento, el doctor Felipe Villar, «un punto muy importante es que el uso de las vacunas no está contraindicado en los pacientes con enfermedades respiratorias crónicas, por lo que recomendamos no retrasar la vacuna ni suspender el tratamiento habitual, salvo infección activa o agudización de la enfermedad». Las vacunas, insiste, «son las herramientas preventivas más útiles para el control de la pandemia».
El grupo de trabajo SEPAR Pacientes, que dirigen la doctora Carme Hernández y el doctor Eusebi Chiner, también firmantes del documento, y de acuerdo con la Federación Nacional de Pacientes Alérgicos y Respiratorios (FENAER), han elaborado el listado de colectivos que, con base a evidencias científicas, debe recibir la vacunación de forma prioritaria.
«Somos conscientes de que es necesario establecer estrategias de vacunación realista de mínimos y no indiscriminada para evitar entrar en conflicto con otros pacientes crónicos, que han sido propuestos por otras sociedades científicas o colectivos de asociaciones de pacientes», señala el presidente de FENAER, Mariano Pastor.
Así, entre los pacientes respiratorios que deben vacunarse prioritariamente, de acuerdo con la SEPAR, están aquellos afectados con Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), los pacientes con déficit de Alfa-1-antitripsina, los pacientes con Enfermedad Pulmonar Intersticial Difusa (EPID) y los pacientes afectados con cáncer de pulmón, entre otros. Además, SEPAR ha creado una propuesta para organizar el proceso de vacunación para los pacientes respiratorios de muy alto riesgo.
«Disponemos de un registro de pacientes afectados con EPOC, déficit de alfa-1-antitripsina, EPID, bronquiectasias e hipertensión pulmonar; a este registro se pueden sumar los de los servicios de neumología de los hospitales, ya que algunas de ellas son enfermedades con baja prevalencia», destaca el doctor Jiménez-Ruiz. «Tanto desde SEPAR como desde FENAER nos ponemos a disposición del Ministerio de Sanidad para contribuir con el proceso de vacunación de nuestros pacientes que son, sin duda, nuestra prioridad», añade.
Así, además de las patologías mencionadas anteriormente, otros pacientes respiratorios en los que es prioritaria la vacunación son: pacientes afectados por cáncer de pulmón, pacientes trasplantados de pulmón o en programa de trasplante, pacientes afectados por hipertensión pulmonar, pacientes afectados por fibrosis quística, pacientes afectados con bronquiectasias ligadas a inmunodeficiencia o con infección bronquial crónica, pacientes afectados por asma grave en tratamiento con fármacos biológicos.