El alcalde de Vigo, Abel Caballero, ha reiterado que hay suficiente espacio para ubicar una escuela infantil en el CEIP Ramón y Cajal (conocido como colegio ‘Picacho’), y ha acusado a la Xunta de poner «palos en las ruedas» en lo relativo a este proyecto. «Quien dice que no a la escuela infantil se llama Xunta de Galicia», ha criticado.
El regidor olívico ha remarcado en una rueda de prensa este lunes que la escuela infantil ocuparía «menos de la mitad» de las aulas que hay libres en el colegio; así, ha asegurado que hay un total de 22 aulas pero solo «se usan 9», mientras que el resto se utilizan «para usos concretos fuera de las aulas».
En este sentido, ha aseverado que el Ramón y Cajal es «el colegio de Europa con más espacio por estudiante». «No sé si es una actitud muy solidaria», ha apuntado, a colación de lo que ha indicado que su propuesta permitiría aún así «dejar aulas vacías», pues la escuela infantil requeriría cinco aulas, con lo que «para actividades se pueden usar ocho más».
Caballero, que ha descartado valorar la posición de las asociaciones de padres de alumnos, ha insistido que en esta decisión «manda la Xunta». «Ya adelantó antes de los informes que iba a decir que no, siempre poniendo obstáculos», ha incidido respecto a la postura de la Administración autonómica, a la que ha requerido que envíe su respuesta «por escrito».
«Quiero que la Xunta diga si quiere una escuela infantil o no», ha reclamado Caballero, que ha reiterado que de cara a la elaboración del proyecto se hicieron «consultas previas» por parte del Gobierno local y se determinó que «era bueno para los niños».
«Es bueno para los niños del Santa Marta, resuelve un problema laboral de las profesoras, es bueno para el Ramón y Cajal; debe ser malo para la Xunta», ha apuntado, antes de añadir que si este proyecto recibe el visto bueno, la nueva escuela infantil estaría «operativa en septiembre pagada por el Ayuntamiento».
PINTADAS
En otro orden de asuntos, el regidor ha avanzado que el Ayuntamiento de Vigo va a establecer acciones contra pintadas en la ciudad. Así, se movilizará a efectivos policiales de paisano para localizar a los autores de esta «forma de vandalismo» y «actuar contra ellos».
Además, se iniciará una campaña especial para borrar los grafitis, para lo que se establecerán grupos de limpieza que trabajarán con sistemas de arena y agua a presión. «No vamos a dejar que campen a sus anchas y que pinten la ciudad de forma indeseable», ha finalizado.