El ministro de Universidades, Manuel Castells, ha asegurado que las incidencias registradas en las universidades españolas durante este curso relacionadas con el COVID-19 están siendo «muy limitadas», si bien ha aprovechado para hacer un llamamiento a la responsabilidad de los estudiantes.
«Ha habido algunas incidencias que han perturbado la enseñanza, pero son muy limitadas, y en todos los casos han tenido lugar fuera de los recintos universitarios», ha explicado este jueves en la Comisión de Ciencia, Innovación y Universidades del Senado, en la que ha comparecido para informar sobre las actuaciones llevadas a cabo por el Ministerio en los últimos meses de cara al inicio del curso 2020-2021.
Según ha comentado Castells, uno de los brotes más sonados ha sido el originado en la Universitat Politècnica de València (UPV), «y además con razón», en concreto, el que tuvo como origen una «macrofiesta organizada en un colegio mayor privado y, por tanto, no llevado por la administración universitaria, pero que está en el campus de la UPV».
Pese al brote, con más de 100 positivos, Castells ha destacado que «la reacción de la UPV ha sido ejemplar». «Es exactamente lo que estábamos previendo, organizando y coordinando desde hace meses», afirma.
Tal y como ha recordado, tras el caso, la UPV cerró inmediatamente las clases presenciales en el conjunto de la universidad, afectando a unos 25.000 estudiantes, que automáticamente pasaron a la enseñanza online. «Estaban preparados y lo han hecho», ha subrayado.
Así, defiende que en caso de que se produzcan contagios fuera del sistema universitario, las universidades no pueden establecer una «muralla» en torno a los estudiantes. «Las personas hacen su vida y si en ciertos casos hay un contagio masivo (más de 100 personas), hay que controlarlo luego en lo que llega a la universidad», comenta.
En el caso del brote en la UPV, había estudiantes de otras universidades (como del CEU), por lo que también se han suspendido, en ese caso, las prácticas en las enseñanzas de Ciencias de la Salud por un tiempo limitado y se ha establecido un mecanismo de recuperación de las prácticas que se han perdido, según ha explicado.
En cualquier caso, Castells ha aprovechado para hacer un llamamiento a la «responsabilidad de los universitarios», pero también a la de «los ciudadanos en todos los ámbitos de nuestro país». «El problema son los que no llegan a respetar», lamenta el ministro, que destaca la importancia de que exista un «trabajo de relación, de coordinación, de convencimiento y diálogo con los estudiantes de todo el país».
De hecho, el Ministerio, junto a la UPV así como otras universidades, está en contacto con el Consejo de Estudiantes Universitarios del Estado (CEUNE) para trabajar conjuntamente con el objetivo de establecer «mecanismos de diálogo y de responsabilidad sobre los estudiantes». «No se trata de señalar a ningún colectivo en particular, se trata de trabajar conjuntamente en limitar los casos que se puedan producir», agrega.
Pese a todo ello, el ministro ha mandado un mensaje de tranquilidad a la comunidad educativa universitaria, es decir, a alumnos, profesores, personal de la universidad y familias. «Están seguros, casi más seguros que en la sociedad en su conjunto, porque tenemos dispositivos de identificación, control y medidas a adoptar, de situar en cuarentena a aquellas personas contagiadas, que no existe con ese rigor en otros ámbitos», ha justificado.
Y ha finalizado su intervención defendiendo la labor del Ministerio que dirige: «El Ministerio tiene bastantes competencias, pero al mismo tiempo y en una política que yo defiendo, hay un sistema constitucionalmente establecido de cogobernanza con las comunidades autónomas y de respeto a la autonomía universitaria (que es un principio constitucional), que son los elementos con los que debemos trabajar y cumplir; la labor del Ministerio es coordinar, orientar y proporcionar recursos, que es lo que hemos hecho estos meses».