La localidad lucense de O Incio va «recuperando la normalidad» tras el cribado de COVID-19 realizado la pasada semana entre los vecinos, con todas las pruebas negativas, aunque persiste la preocupación por la situación de los usuarios de la residencia, que registra una alta tasa de contagios y en ya se han producido 15 fallecimientos.
El alcalde, Héctor Corujo, ha confesado que «la preocupación se tiene desde el primer día» en relación a este centro y, a raíz de las muertes vinculadas a este centro –tres este mismo fin de semana–, «ahora se está convirtiendo en una circunstancia muy dolorosa».
«Seguimos con preocupación, hasta que se les de el alta o confirmen que los que son positivos han superado ya esta enfermedad», ha resumido Corujo.
Cuando se dieron a conocer los primeros casos, ha admitido el alcalde, «lo que se veía como una parte positiva es que la mayor parte eran asintomáticos o con síntomas muy débiles». «Desgraciadamente, fueron evolucionando estos síntomas y se fueron convirtiendo en algo más grave», que ha causado la muerte de 15 de los usuarios, ha lamentado.
En cuanto al «miedo» en el municipio, sentencia que «poco a poco se va superando», si bien al principio «hubo un shock importante y, de hecho, se dio un parón en la actividad de forma brutal». «Poco a poco vamos recuperando la normalidad y hablando con los vecinos que sí que reconocen que existe preocupación, pero se toma con más normalidad, sobre todo tras el cribado que se realizó», en el que dieron negativo las 170 pruebas realizadas.
Finalmente, Héctor Corujo ha destacado que el ayuntamiento sigue «desinfectando, limpiando y recomendando medidas de distancia social, uso de mascarillas y geles de mano».