Un total de 49 personas –siete brigadas, seis conductores de motobomba y dos agentes ambientales– están confinadas tras su identificación como contactos estrechos de un trabajador del servicio de defensa contra incendios forestales del distrito XVII (O Condado-Paradanta), que trabaja en la zona de A Cañiza (Pontevedra), y que ha dado positivo por COVID-19.
Fuentes de la Consellería de Medio Rural han confirmado a Europa Press que la medida de aislar a estos 49 trabajadores –todo el personal que tuvo «contacto estrecho» con el contagiado– se adopta «de forma preventiva» y de acuerdo con los protocolos sanitarios establecidos.
Todos los trabajadores están siendo sometidos a las pruebas para detectar si han sufrido un posible contagio y, de las realizadas, 27 han arrojado un resultado negativo.
El departamento que dirige José González ha explicado que este mismo miércoles se procederá, por parte de una empresa especializada, a la desinfección bactericida y virucida del punto de encuentro de A Cañiza donde se localizó el positivo.
Está previsto que este punto quede de nuevo operativo a partir del jueves y su personal se vaya incorporando paulatinamente, «cumpliendo los protocolos médicos». Según indica Medio Rural, la desinfección de este miércoles se realiza a mayores de las que, de acuerdo con los protocolos, se realizan cada día tras el uso de las instalaciones.
ÁREA «PLENAMENTE CUBIERTA»
Dicho esto, Medio Rural defiende que el área correspondiente está «plenamente cubierta» con el personal y medios de este distrito y de otros próximos.
También ha recordado que todos los profesionales del Servizo de Prevención e Defensa contra Incendios Forestais fueron sometidos hace unos días a pruebas PCR, con resultado negativo de todos ellos; y ha esgrimido que tiene unos protocolos «rigurosos» para evitar contagios.
CSIF PIDE REDUCIR LOS CONTACTOS ENTRE PERSONAL
En relación a este caso, CSIF ha difundido un comunicado en el que alertan de que, pese al tiempo lluvioso de la pasada semana y de forma «innecesaria», Medio Rural mantuvo al personal del servicio contra incendios «en los vehículos y en las bases, incrementando el riesgo de contacto y favoreciendo la posibilidad de transmisión» de la COVID-19.
En este contexto, además de recordar que ya advirtió a la Consellería del «riesgo de volver al trabajo presencial sin protocolos suficientes», CSIF demanda reducir los contactos entre el personal en los puntos de encuentro y en los vehículos, y establecer de nuevo la disponibilidad telefónica.
«Medio Rural no puede cerrar los ojos ante esta situación. No tomar medidas para reducir los contactos entre el personal, disminuyendo la posibilidad de contagios, pone en riesgo la salud del personal y la operatividad del servicio de prevención de incendios», advierte.