Aunque la fase cero de la desescalada del estado de alarma les permite reanudar desde este lunes su actividad de comida, café o bebidas a domicilio o para recoger, muchos restaurantes gallegos han acogido los cambios con «prudencia» y han preferido aplazar al menos unos días su reactivación ante la «incertidumbre» por los resultados de estas medidas.
«Hay muchas cosas que pulir y son miles las preguntas. De momento estamos muy desconcertados por todo y sin información», ha explicado a Europa Press la presidenta de Hostelería Compostela, Sara Santos, que ha aventurado que, aun siendo una decisión individual, muchos asociados esperarán aún más de la fase uno para reactivar su actividad, hasta que sus expectativas de rentabilidad sean suficientes.
La oferta de restaurantes con entrega de comida a domicilio, permitida durante todo el estado de alarma, experimentó una notable disminución en las ciudades gallegas desde los primeros días de esta medida dictada por la pandemia de la COVID-19, dado que la bajada de actividad obligó a mucho hosteleros a acogerse a ERTEs y echar el cierre.
Sin embargo, en los últimos días, y con la cercanía de la fase cero, esta oferta –que se une ahora a la recogida en local– ha aumentado ligeramente y ha ido incorporando, además de las cadenas de comida rápida y establecimientos que han mantenido su actividad, a otros restaurantes.
Es lo que ocurre, por ejemplo, en Santiago de Compostela, con establecimientos como O Rei do Bocadillo o A Curtidoría, que han mantenido durante este periodo la entrega de comida a domicilio, así como el Pampín Bar, A Tafona o Abastos 2.0, que se han incorporado a la posibilidad de enviar o recoger sus menús en el establecimiento.
Esta posibilidad también ha sumado adeptos en ciudades como Vigo, A Coruña y Pontevedra y, en menor medida, en Lugo u Ourense, donde aún son minoría los restaurantes que se han reactivado. Tampoco es homogénea en el modo de funcionamiento, ya que se divide entre establecimientos que ofrecen comidas en horarios habituales y aquellos que limitan este servicio a fines de semana.
Para facilitar el consumo a los vecinos se han puesto en marcha, además, mecanismos como el de la Federación de Hostelería de Pontevedra, que ha creado una APP gratuita que identifica a aquellos establecimientos que están prestando servicio bien a domicilio o bien para recoger.
PRECIPITACIÓN E INCERTIDUMBRE
Las asociaciones profesionales han coincidido en destacar la «incertidumbre» con la que el sector afronta estos cambios, así como las medidas que deben tomar de forma «precipitada» para reactivarse.
Por ello, muchos de los hosteleros de Santiago, Pontevedra o A Coruña han optado por aplazar aún unos días su incorporación, hasta que se inicie la fase 1 del desconfinamiento o incluso «más allá» si fuese necesario.
«Muchos ya nos han dicho que en la situación actual es imposible», explica Sara Santos, que destaca como medida «imprescindible» para recuperar la actividad que se «flexibilice» la aplicación de los ERTE, ya que muchos establecimientos retomarán su actividad sin alcanzar el nivel de negocio previo que permita activar a todos sus empleados.
Si esto no ocurre, ha alertado, será «totalmente inviable» estar abiertos y hacerse cargo de toda la plantilla cuando «no hay garantías de que se recupere ni una mínima cantidad de negocio».
En la misma línea, desde la Asociación de Hostelería de A Coruña apuntan que, incluso en la fase 1, con el 50% de las terrazas activas, el panorama no es alentador para los empresarios. «Muchos locales permanecerán cerrados hasta que se le permita más actividad», alertan.
Y si esta situación se produce en las grandes ciudades, las asociaciones recuerdan que el panorama se agrava en áreas pequeñas y menos pobladas, donde «la gente aún tiene miedo a salir».
AMPLIACIÓN DE LAS TERRAZAS
Si se cumplen los criterios, a partir del día 11 podría pasarse a la fase 1, en la que, según el decreto del Gobierno central, se podrán abrir las terrazas de los establecimientos hosteleros a una ocupación del 50%, superior al 30% inicialmente esbozado.
«Es un paso, no cabe duda, pero aún es insuficiente en muchísimos casos», apunta la responsable de la asociación de hostelería compostelana, mientras que desde la de A Coruña se avisa de que la actividad, de forma genérica, «es inviable hasta que se pueda abrir el interior del local».
Además, las asociaciones inciden en los colectivos que deja fuera esta medida: el ocio nocturno y, significativamente, aquellos locales que no disponen de terraza.
Para ellos, Hostelería Compostela ha presentado una serie de propuestas ante el ayuntamiento capitalino, que pasan por cuestiones como permitir que se amplíe la superficie actual de terrazas temporalmente, así como que, «esporádicamente», se puedan habilitar mesas o «puntos de apoyo» en aquellas zonas que no disponen de terraza.
«Las terrazas en Santiago ya son pequeñas de por sí, si por encima las reduces al 50%… no es viable», ha explicado Santos, que ha recordado que en Galicia existen otros condicionantes de esta actividad, como el tiempo meteorológico, que no permite usar las terrazas muchos días.
Este tipo de medidas son las que ya se han tomado en algunos ayuntamientos, como el de As Pontes (A Coruña), donde el gobierno local ha facilitado la instalación de nuevas terrazas y ha suprimido «de forma inmediata» la tasa por este elemento hasta octubre de 2020, como medida de apoyo al sector.