La Confederación Intersindical Galega (CIG) ha conmemorado este martes, Día Mundial de la Seguridad y Salud Laboral, con actos simbólicos de protesta ante «centros de trabajo representativos de la falta de medidas de protección», como residencias de mayores, empresas del metal, hospitales y varios polígonos industriales de Galicia.
Así, frente a estos espacios de trabajo, representantes del sindicato nacionalista han desplegado pancartas en las que exigen «proteger a la clase trabajadora gallega», sometida a «riesgos» que se han agravado en el actual contexto de la pandemia de coronavirus.
Además, la CIG también ha trasladado sus demandas ante edificios administrativos de la Xunta para reclamar al gobierno gallego «que obligue a las empresas a aplicar las medidas de seguridad necesarias y que se realice un control estricto de su cumplimiento».
Según ha apuntado el secretario xeral de la central, Paulo Carril, los lugares elegidos para visibilizar la protesta «son una muestra de aquellos sectores en los que resulta evidente la falta de seguridad: sanidad, limpieza, residencias, ambulancias, comercio de alimentación, etc.».
«Nos movilizamos para denunciar la ausencia de medidas de protección para quien tiene que trabajar, que no se está ejerciendo un control estricto para que se trabaje con seguridad, o que incluso se han relajado algunas medidas adoptadas durante las primeras semanas del estado de alarma, como las relativas a personas especialmente sensibles», ha explicado Paulo Carril.
La CIG ha asegurado que, en el actual momento de inicio de la ‘desescalada’, «los abusos patronales no solo continúan, sino que incluso se incrementan». Además, según Carril, las medidas adoptadas por las administraciones hasta ahora, han tenido «una mayor y descarada preocupación por la salud de la economía que por la salud de la población».
El secretario xeral de la CIG ha advertido de que «no se puede permitir que se siga enfrentando esta crisis con políticas que empobrecen más a la mayoría del pueblo y ponen en riesgo permanente nuestra salud», mientras «el capital sigue marcando las decisiones».