La ‘vieja’ Pescanova finalizó el ejercicio fiscal 2019 (de diciembre de 2018 a noviembre de 2019) con unas pérdidas netas de 130.000 euros, lo que representa una disminución del 27,3% en comparación con los ‘números rojos’ de 179.000 contabilizados en el año precedente.
Según comunicó la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), su balance anual arroja una facturación por importe de 75.000 euros en comparación con los 0 euros que ingresó en 2018. Además, obtuvo un resultado financiero negativo de 74.000 euros, un 29,5% menos.
La empresa se anotó un impacto negativo de 305.000 euros por gastos de explotación durante el ejercicio fiscal 2019, lo que representa una bajada del 3,7%, al tiempo que sus gastos de personal totalizaron 225.000 euros, un 6% más.
Entre diciembre de 2018 y noviembre de 2019, la ‘vieja’ Pescanova contabilizó unos ingresos de explotación por importe de 455.000 euros, lo que supone igualar las cifras registradas en el año fiscal precedente.
La compañía está inmersa en la implementación de un plan estratégico orientado a retomar la actividad comercial en Sudamérica. En una primera fase, la firma ha empezado a poner en marcha una infraestructura de distribución en Bolivia para comercializar productos del mar y otros productos de alimentación.
El objetivo del consejo de administración con esta nueva actividad en Sudamérica es recuperar su actividad propia y dejar de ser exclusivamente una sociedad de mera tenencia de su participación en Nueva Pescanova.