La alcaldesa de Cervo (Lugo), Dolores García, ve al dueño de Sargadelos, Segismundo García, «abierto al diálogo» y pide «un pequeño margen» de tiempo para que la situación se resuelva.
La semana pasada, tras varias cartas a la Inspección de Trabajo, que le requiere subsanar deficiencias en la fábrica en la que dos empleadas han desarrollado silicosis, el propietario decidió cerrar, de modo que la mayor parte de la plantilla pasa su jornada laboral desde entonces a las puertas de la factoría.
Por su parte, Inspección de Trabajo precisó que el cierre no era lo que le reclamaba y que la dirección tiene un plazo para acometer las mejoras en la planta.
Tras dos jornadas (la del jueves y la del viernes) en que la plantilla de producción estuvo fuera, este lunes han accedido al interior de las instalaciones «unos pocos» trabajadores, después de que el empresario les plantease la opción de hacerlo así si firmaban un documento en el que decían hacerlo bajo su responsabilidad.
Un número reducido de empleados, por otra parte, aceptaron adelantar una semana de vacaciones, mientras la mayoría ha vuelto a estar a las puertas de Sargadelos en Cervo.
La regidora, por su parte, ha vuelto a pedir «tranquilidad» y ha deseado una resolución que pasa, a su juicio, porque quienes negocian «agoten todas las posibilidades».
La Consellería de Emprego fue quien dio el paso por parte de la Xunta la semana pasada para liderar esas conversaciones, y este lunes el presidente gallego, Alfonso Rueda, ha ratificado que su Ejecutivo sigue «muy de cerca» la situación.
El Ayuntamiento ya se mostró la semana pasada «a disposición de los trabajadores» y la primera edil ha preguntado de nuevo al dueño de la compañía por el mantenimiento de los puestos de trabajo.