La Red Localis, Red de Administración Local, ha difundido este viernes un análisis del Observatorio Municipal Gallego, sobre la solvencia financiera de los principales ayuntamientos gallegos que pone el foco, entre otras cuestiones, en las dificultades de Ourense tras haber aprobado solo un presupuesto (en 2020) en diez años. Enfrente, subraya que Ayuntamientos como Vigo o Santiago, que no tuvieron que prorrogar, tienen «una mejor gestión presupuestaria».
El estudio del Observatorio Municipal Gallego, que se enmarca como una de las actividades de la Cátedra de Buen Gobierno Local de la Universidade de Vigo, elaborada por Alberto Vaquero García, codirector de Red Localis, reposa en el análisis de cinco indicadores de solvencia financiera.
En concreto, los indicadores que se analizan son necesidad o capacidad de financiación, remanente de tesorería, importe de pagos pendientes a proveedores, deuda entre ingresos corrientes y remanente entre ingresos corrientes.
Así, al margen de la casuística presupuestaria, se desprenden otros datos, como por ejemplo los pagos pendientes per cápita, que en ayuntamientos como Santiago de Compostela y Pontevedra ascienden a 117,4 euros y 88,7 euros, respectivamente.
CAPACIDAD DE FINANCIACIÓN PER CÁPITA
En detalle, el análisis del último año de este estudio (2022) refleja que el apartado relativo a la necesidad/capacidad de financiación per cápita oscila entre los 59,6 euros (necesidad) del Ayuntamiento de Lugo y los 78,3 euros (capacidad) del Ayuntamiento de Santiago de Compostela. El Ayuntamiento de Ourense también presenta una elevada necesidad de financiación per cápita (47,2 euros).
A esta coyuntura se suman «los problemas que ha tenido y tiene», recalca el estudio, la tercera ciudad de Galicia para aprobar un presupuesto. No en vano, el informe incide en que es el único municipio de España que se gestionó durante cinco años con sus presupuestos prorrogados (2014-2019) y que, aunque en 2020 consiguió aprobarlos, sigue con los mismos desde entonces.
Así, remarca que, en diez años, solo ha podido aprobar un presupuesto, y agrega que esta situación debería «a todas luces» corregirse «de inmediato».
Otro de los ayuntamientos que ha tenido problemas para aprobar sus presupuestos, aunque de forma más puntual, ha sido el de A Coruña, que entre 2011 y 2024, tuvo que prorrogarlos tres veces.
«MEJOR GESTIÓN PRESUPUESTARIA»
Por el contrario, los Ayuntamientos de Santiago de Compostela y Vigo no han tenido que acudir a la prórroga presupuestaria en los últimos años, lo que posibilita «una mejor gestión presupuestaria».
En lo que respecta al remanente de tesorería per cápita oscila entre los 1.168 euros del Ayuntamiento de Ourense y los (-21,4) euros del Ayuntamiento de A Coruña.
El elevado importe de esta magnitud del Ayuntamiento de Ourense se debe, recalca el estudio, «a la prórroga casi sistemática de los presupuestos municipales» que, si bien permite sufragar los gastos aprobados en presupuestos previos, no permite disponer de recursos para partidas nuevas y/o incrementar las dotaciones en partidas ya existentes.
Si bien es cierto que el Ayuntamiento de Vigo (491,6 euros) y el Ayuntamiento de Pontevedra (340,4 euros), cuentan con un remanente importante, «no es comparable la situación de la capital de la provincia ourensana con ninguna otra gran ciudad de Galicia». «Parece que la demora en contar con un presupuesto actualizado está generando un excesivo remanente que puede no permitir atender las demandas de la ciudadanía», agrega.
PAGOS PENDIENTES
En cuanto al importe de pagos pendientes per cápita, Santiago de Compostela (117,4 euros), Pontevedra (88,7) y A Coruña (55,8 euros) son los tres grandes ayuntamientos con importes más elevados. La situación contraria se da en Vigo (25,4 euros) y Lugo (16,8 euros). «Santiago de Compostela más que cuadriplica el importe de pagos pendientes del Ayuntamiento de Vigo», recalca el estudio.
Además, se destaca que «los Ayuntamientos de Vigo y A Coruña han realizado un importante esfuerzo por reducir este indicador, garantizando, además, una significativa capacidad de financiación per cápita».
Con relación a la ratio entre deuda y los ingresos corrientes, en 2022, se destacan «dos casos extremos», el de Vigo (0,1%) y A Coruña (22 %). En el primero, el peso relativo de la deuda es «inexistente», a pesar de que en 2011 suponía el 21% del ingreso corriente, lo que «da idea del esfuerzo realizado por este ayuntamiento para su reducción».
En el segundo caso, si bien se ha podido reducir desde 2011 –cuando alcanzó el 35 % del ingreso corriente– el peso actual sigue siendo importante.
Finalmente, en cuanto al cociente entre el remanente y los ingresos corrientes, este se sitúa entre el 118% de Ourense y el (-2%) de A Coruña. El caso del Ayuntamiento de Ourense, se incide de nuevo, es consecuencia de la dificultad que tiene para gastar sus ingresos, debido a la prórroga casi continuada de los presupuestos en los últimos diez años.
Esta situación, concluye el estudio, provoca remanentes recurrentes, mientras que en el Ayuntamiento de A Coruña se comprueba un importante descenso desde 2017, donde alcanzaba el 9%.