El administrador único de Sargadelos, Segismundo García, ha condicionado la apertura del Museo Carlos Maside — reabierto en julio– tras aprobarse en el pleno de Sada una iniciativa reclamando que la declaración de Bien de Interés Cultural del mismo se extienda a la fábrica y afecte a todo el complejo industrial.
En un comunicado, el empresario asegura que «se paralizan las obras ya empezadas, se anulan las inversiones programadas, se resciden los convenios con el ayuntamiento y se cierra al público el Museo Sargadelos-Carlos Maside». «Abriéndolo solamente los días y horarios que la Xunta disponga y si hay personal para su atención».
En la carta remitida al consistorio, tras la moción aprobada en el pleno del pasado 31 de agosto, rechaza catalogar como BIC todo el conjunto de O Castro. «Su ignorancia en asuntos mercantiles es enciclopédica», señala en una misiva con críticas al BNG y al alcalde, Benito Portela, de Sadamaioría.
«Las empresas deben ser ágiles en la toma de decisiones y en la adecuación de sus instalaciones a los nuevos procesos productivos», recalca el administrador único de Sargadelos.
Además, sostiene que la declaración BIC de todo el complejo «es un impedimento formidable porque nos hace depender de otros cuatro departamentos administrativos y burocráticos (a parte del ayuntamiento, diputación, industria, sanidad), a lo que no estamos dispuestos», apostilla.
RESPUESTA DEL AYUNTAMIENTO
Por su parte, el alcalde de Sada, Benito Portela, afirma, en un comunicado, que la Xunta «no debe permitir el cierre del Museo» y que deberá exigir «el acceso de la ciudadanía a un equipamiento cultural único».
También incide en que el pleno del Ayuntamiento aprobó, por tercera vez, solicitar la declaración BIC «de todo el conjunto de cerámicas de O Castro, como integrante en el proyecto, tanto en el plano empresarial-cultural de Isaac Díaz Pardo y Seoane como arquitectónico de Fernández Albalat».
«La funcionalidad productiva y de usos delimitada en el Plan General de Ordenación Municipal (PGOM) puede mantenerse con la calificación BIC del conjunto del complejo», incide.
Mientras, recuerda que en 2017 se aprobó definitivamente el PGOM de Sada y que se incluyó una modificación al documento de aprobación inicial y se clasificó el suelo de la fábrica «como suelo urbano, uso industrial, garantizando la actividad del complejo y la conservación de los puestos de trabajo».