La CIG ha mostrado su rechazo al cierre de la planta de la conservera Albo en Celeiro, municipio de Viveiro (Lugo), de modo que reclama mantener la actividad y el empleo, pues considera «inasumible» el traslado a la nueva fábrica de la compañía en Salvaterra de Miño.
En un comunicado, apunta que la compañía Shangai Kaichuang, dueña de Albo, ha formulado el cierre de la planta en Celeiro y la destrucción de 45 puestos de trabajo directos –34 mujeres y 11 hombres–, así como otros 10 empleos por ETT durante las campañas. «Esta medida empresarial pondrá fin a más de 40 años de historia de la fábrica de Albo en Celeiro y supone el cese de la última conservera que quedaba en activo en la comarca», lamenta.
Expone que la empresa entregará este miércoles, 15 de junio, la documentación completa sobre el expediente a la representación social, pero la movilidad geográfica propuesta por la empresa «constituye otro duro golpe para la economía de la comarca». El responsable de la CIG de A Mariña, Xorxe Caldeiro, avisa de que hablar de movilidad a más de tres horas y media de Celeiro es «un eufemismo», puesto que se trata de «un proceso tremendamente traumático en el que se cierra la planta de Celeiro y se deja en la calle a su personal».
Y es que avisa de que más del 80% del personal está integrado por trabajadoras con una edad media que supera los 50 años, con fuerte arraigo y vínculos familiares en A Mariña. Susana Riveira, de la ejecutiva local de la CIG, advierte de que se deja «fuera» del mercado laboral a trabajadoras con una edad que dificulta su recolocación en otros sectores.
La CIG apunta que la propia compañía propietaria indica que la fábrica tiene carga de trabajo suficiente para ocupar a todo el personal y «económicamente es viable». «Tenemos el bonito, tenemos la merluza, pero no tenemos conservera», apunta Caldeiro sobre una planta en A Mariña al lado de los puertos de Celeiro y Burela.
Así, el sindicato alerta de que la comarca «sigue desangrándose», por lo que emplaza a la Xunta a trabajar en defensa del tejido productivo de A Mariña con medidas que «reviertan el desierto industrial» de la zona.