El diputado del BNG en el Congreso, Néstor Rego, ha informado de que el Bloque mantiene contactos con formaciones como ERC y Bildu para hacer un «frente común» en contra de la «decepcionante» reforma laboral, de forma que se reclama que se derogue la legislación aprobada por el PP, tal y como se había comprometido el Gobierno de coalición.
En rueda de prensa conjunta en Santiago, la portavoz nacional del Bloque, Ana Pontón; el secretario xeral de la CIG, Paulo Carril, y Néstor Rego han coincidido en mostrar su rechazo a la modificación realizada de la normativa laboral porque continúa con los aspectos «más lesivos» aprobados en su día en la reforma del PP.
Así, critican que se mantiene el abaratamiento del despido, no se recupera la autorización previa de la autoridad laboral para los ERE, hay una prevalencia de los convenios de ámbito estatal, al tiempo que prevalece el convenio de empresa sobre el de sector (salvo en el caso de los salarios).
Al respecto, Ana Pontón exige al Gobierno central que cumpla con sus «compromisos», pues recuerda que la derogación de la reforma laboral del PP era uno de sus «puntos centrales». De tal forma, apela a un frente común de fuerzas «nacionalistas, soberanistas y progresistas» para que «no sea una nueva legislatura perdida».
Y es que reprocha que el decreto aprobado por el Consejo de Ministros, a finales de diciembre, «no cumple con la promesa de derogación de la reforma laboral del PP», lo que considera una «enorme decepción».
Pontón tacha de «muy grave» que el Gobierno mantenga el «despido barato» acordado por el Ejecutivo de Mariano Rajoy, en lo que reduce a «un parche», dado que «un lavado de cara no soluciona los problemas estructurales en este ámbito». Por todo ello, pide «elevar el listón» en la reforma.
En esta línea, la portavoz nacional del Bloque lamenta la «oportunidad perdida» que achaca a «una claudicación ante una de las parte, la patronal», así como a una «claudicación a los intereses de Bruselas» para que lleguen los fondos Next Generation, que «van a acabar en manos de cuatro multinacionales».
RECLAMAN UN PROYECTO DE LEY
Asimismo, Néstor Rego demanda que se tramite como proyecto de ley en vez de como decreto, de modo que haya posibilidad de una modificación «en positivo». En este sentido, se marca el objetivo de que «la presión social» lleve al Gobierno a que «se vea obligado a derogar realmente la reforma laboral».
De hecho, apunta que es «paradójico» que la derecha «habla bien» de esta reforma laboral. Cita ejemplos como «Aznar y FAES» que dicen que «no está mal porque preserva la mayoría» de los cambios introducidos por el Partido Popular, mientras el vicepresidente de la CEOE, Lorenzo Amor, aseguró que se mantiene el «95 por ciento» de la reforma del PP.
Por tal motivo, Rego avisa de que el BNG «no está dispuesto a asumir sin dar batalla» esta «decepción y nueva frustración».
LOS JÓVENES SEGUIRÁN COMO «CARNE DE CAÑÓN»
Por su parte, el líder sindical de la CIG, Paulo Carril, advierte de que, «pese al envoltorio y propaganda», esta reforma laboral pivota sobre aspectos «claramente negativos» e «injustos», pues no se toca un despido «casi libre» y un marco de «permanente temporalidad y precariedad».
Pone de ejemplo el hecho de que prevalezca el convenio de empresa sobre el de sector. Así, en dos empresas de un mismo sector de actividad, los empleados deberán tener el mismo salario, pero no las mismas condiciones, por lo que en una compañía se podrá trabajar «50 o 60 horas más respecto de otra».
En el «gran fraude» de la normativa aprobada, Carril pone el foco acerca de que los jóvenes serán «carne de cañón» de la explotación laboral, pues también se les suma el «cóctel molotov» de la «falsa formación dual» para dar lugar a: precariedad, bajos salarios y peores condiciones de trabajo.