Vesta ha dicho negar «rotundamente» tener «mala fe», después de que la conselleira de Emprego, María Jesús Lorenzana, acusase a la compañía de «falta de buena fe» en las negociaciones para buscar una solución ante la amenaza de cierre de la planta de Viveiro (Lugo).
En un comunicado, la multinacional danesa señala su intención de colaborar lo demuestra su presencia en dos mesas de negociación de forma paralela, «una de ellas, la mesa industrial, de forma voluntaria». Asimismo, recuerda que ha ampliado hasta el 5 de noviembre el periodo de consultas del ERE.
Junto a esto, se compromete a «buscar alternativas industriales» a través de una empresa especializada y se pone a disposición de la Xunta para colaborar. De hecho, asegura que el plazo para esta búsqueda se extiende hasta el 31 de diciembre de 2022, «ya que no existe impedimento para que se produzca la venta de la planta una vez finalizado el periodo de consultas» del ERE.
Aboga por una reconversión de la fábrica en un centro de operación y mantenimiento que emplearía a 24 trabajadores, el 20% de la plantilla, a partir del 1 de enero de 2022. Además, mantiene la intención de recolocar al resto de trabajadores en otros centros en España.
Indica que la totalidad de los empleados tendrán la posibilidad de acogerse a planes de formación específicos para adecuar sus perfiles a las nuevas posiciones laborales. Además, Vestas propone la creación de una bolsa de empleo con preferencia de recontratación para aquellos trabajadores de la fábrica de Viveiro que no accedan a recolocaciones o puestos en la planta.
Por todo ello, muestra su «firme compromiso con el diálogo constructivo para logra una solución lo más satisfactoria posible para todas las partes afectadas».
MESA INDUSTRIAL
El pasado lunes, se celebró en Santiago una nueva reunió de la mesa industrial, tras la cual la conselleira de Emprego, María Jesús Lorenzana, informó de que la Xunta ha identificado ocho posibles compradores de la planta, pero criticó la «falta de buena fe» de la empresa para facilitar esa operación al realizar solo una ampliación «absurda» del periodo de negociación del ERE que deja sin margen de maniobra.
Censuró que esta prolongación de la negociación de ERE se debe solo a una «táctica procesal absoluta» por parte de Vestas, pues supone una «ampliación absurda».
Por ello, la conselleira recriminó que la compañía tiene el «objetivo» de cerrar la planta de A Mariña, así como «eliminar cualquier tipo de competidor», por lo que «no quiere facilitar esa búsqueda de comprador para continuar con empleos y actividad».