El comité de empresa de Alcoa Cervo (Lugo) enviará un documento dirigido al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, para instarle a que exija del Gobierno central la intervención pública temporal de la fábrica para que posteriormente sea transferida a un tercero.
Con la vista puesta en que se produzca este movimiento, que fue aprobado tanto en el Congreso de los Diputados como en el Parlamento de Galicia, los trabajadores de la planta se concentrarán el próximo domingo 10 en Lugo.
El presidente del comité, José Antonio Zan, ha esperado que la Xunta «se ponga del lado de los trabajadores y exija esa intervención que todos los partidos votaron y que todavía está sin llevar a cabo por parte del Ministerio de Industria».
«Es fundamental para salvar la situación y conseguir que la venta prospere», ha urgido, antes de criticar que la ministra «a día de hoy todavía no ha cumplido con el mandato del Congreso y del Parlamento». Por eso, el comité cree «que debe ser el presidente de la Xunta quien debe dejarse de ambigüedades y pedir esa intervención cuanto antes».
La movilización del domingo 10 se producirá ante la Subdelegación del Gobierno en Lugo, donde el comité anuncia «una gran sorpresa para los asistentes».
A 20 días de que se reúna el Tribunal Supremo para valorar la anulación del ERE en la factoría, los representantes de los trabajadores auguran que los magistrados validarán los 10 puntos por los que la justicia gallega tumbó ese despido colectivo, y remarcan que «está bien ya de dejar en manos de los jueces lo que tienen que hacer los políticos».
En este sentido, advierten de que los potenciales compradores «han tenido mucha paciencia» y «no se sabe qué va a ser de ellos si el Gobierno sigue dilatando esta situación y si Alcoa se sigue agarrando a esta retirada de la SEPI (la sociedad estatal de participaciones industriales)» de la operación.
En lo que va desde el regreso a la huelga indefinida, calculan que han dejado de salir unas 2.000 toneladas de aluminio, pero remarcan que están así «no» porque les «guste», sino porque no les quedó «otro remedio».