La falta de materias primas a nivel mundial y el aumento de los precios de la energía están ocasionando lo que los empresarios gallegos califican, temerosos, de «tormenta perfecta». Sin embargo, economistas limitan la preocupación por el impacto en Galicia, al creer que se tratará de un «episodio transitorio».
La situación es «muy preocupante» para la patronal gallega, en declaraciones a Europa Press del presidente de la confederación de empresarios de Pontevedra, Jorge Cebreiros, quien también preside la comisión de competitividad de la confederación gallega.
Dicha comisión lanzó el aviso hace un par de semanas: «La escalada de escasez de materias primas y valor de la energía compromete la competitividad de sectores productivos estratégicos», advirtió.
Según Cebreiros, la construcción y la automoción son dos de los sectores más afectados, pero también la cadena agro-mar-industria se enfrenta a la necesidad de repercutir sobre el producto el incremento de los costes de producción.
En el caso de la construcción, explica, el efecto «no es tanto en la obra en curso, que también», sino para las actuaciones que deberían impulsarse en los próximos meses.
Por la volatilidad del mercado, el plazo de validez de los precios de los proveedores llega a ser hasta de un solo día, lo cual implica «un freno» a las actuaciones privadas, porque «nadie admitiría» que lo proyectado por un valor finalmente experimente un importante aumento.
En el caso de la obra pública, el problema está en que «no permite reajustar precios», con lo cual «has ofertado uno y no puedes cumplirlo».
LA CRISIS DE LOS MICROCHIPS
En cuanto a la automoción, con la parálisis que implica que unos 2.000 coches al día no se producen, según sus datos, Jorge Cebreiros ha advertido de que los datos de exportaciones de junio «ya no van a ser» como en mayo, idea en la que coincide, desde el mundo académico, el economista Santiago Lago.
En cualquier caso, Lago, director del Foro Económico, entiende que este desajuste entre «el rebote de la demanda» y la velocidad a la que la oferta «se está adaptando» será «transistorio». «No debería ser una gran preocupación», a su juicio, como para implicar la adopción de políticas monetarias.
Eso sí, ve «evidente» que la crisis de los microchips «está afectando a la producción» de automóviles y va a suponer una «corrección a la baja» de las exportaciones gallegas en junio, tras un mayo «muy bueno».
El también economista Fernando González Laxe apunta que en esta crisis se entrelazan dos problemáticas: la «rivalidad» entre empresas para definir el modelo del futuro del automóvil y la que también se da entre territorios, para captar industria e innovación tecnológica.
EL COLAPSO DE LOS PUERTOS
Por su parte, González Laxe pone el foco sobre el colapso de los puertos, originado en parte por un brote de covid en la terminal china de Yantian.
En Galicia, este colapso se notó por su impacto en la cadena de materias primas, pero, por ejemplo, «los abonos y fertilizantes no están generando problemas de abastecimiento».
«En cambio, el cobre y el acero son quienes están causando grandes incertidumbres a los demandantes, poniendo en jaque a determinadas actividades. Las antiguas cifras de producción no se han alcanzado todavía; por lo que los pedidos de las empresas finalistas no son correspondidos; y los precios, van al alza», señala, consultado por Europa Press.
En este contexto, su análisis para Galicia es el siguiente: «De una parte, aquellas empresas que necesitan de componentes para la fabricación de sus bienes estarán condicionadas por la oferta mundial. O sea, los elementos claves son el nivel de aprovisionamiento y el nivel de precios», expone.
Y prosigue: «De otra parte, las empresas de cara a la reactivación, han de poseer un músculo financiero adecuado para poder abordar unos periodos críticos, hasta que se normalice la situación».
La economía gallega, como la española, asistirá ahora a una rápida recuperación y los niveles de crecimiento económico van a ser elevados, según coinciden todos los pronósticos. «Pero, tenemos que ganar en eficiencia empresarial y en productividad del trabajo. Nuestras empresas siguen siendo muy pequeñas en tamaño y en facturación; con una reducida incorporación de tecnología; y sin lograr un nivel óptimo en relación al aprovechamiento potencial», según Fernando González Laxe.
El profesor de la Universidade da Coruña y también expresidente de la Xunta llama a combatir las «importantes brechas, ya sea salariales, digitales y de conectividad», y agrega por todo ello que «hay que acelerar el proceso de adaptación a los nuevos escenarios y reforzar las bases de resiliencia».
POLÍTICA «DESPISTADA» Y SOLUCIONES TEMPORALES
Por parte de los empresarios, Jorge Cebreiros atribuye parte del actual panorama a una política industrial «despistada» que provoca que Europa ni tiene ni produce las materias primas.
Ante esto, «quien sí tiene en su mano» el poder de tomar decisiones es el sector público, al que tanto CEOE como la CEG y la confederación pontevedresa, según indica, están proponiendo la posibilidad de revisar los contratos, «aunque sea una solución temporal».
A medio-largo plazo, los empresarios se plantean otras salidas como la sustitución de materiales, para lo que es preciso invertir en I+D, según constata Cebreiros.