Cerca de una veintena de trabajadores de las empresas del grupo Cándido Hermida, con diversas sedes en la comarca de Ferrol, han protestado este miércoles para denunciar su despido por reclamar hace meses el cumplimiento del convenio colectivo y rechazar la imposición de nuevas condiciones.
Uno de los operarios despedidos, que ha preferido mantenerse en el anonimato para evitar posibles represalias, ha detallado en declaraciones a Europa Press que los primeros despidos se produjeron la semana pasada.
En concreto, «un total de dieciocho compañeros» a los que se unieron otros tres esta ejecutando otros tres esta misma semana, y que la empresa justificó en «causas económicas».
El denominador común, según ha explicado, es «la antigüedad», puesto que los afectados contaban con una experiencia laboral y trayectoria en la empresa que se extendía de 10 y hasta 28 años.
Asimismo, el exempleado ha asegurado que la empresa cuenta con carga de trabajo y que está «buscando nuevos trabajadores para poder ser contratados a través de empresas de trabajo temporal (ETT), además de derivar actividad a otras compañías que son competencia», como es el caso del Grupo Malasa.
Entre las empresas para las que trabaja Candido Hermida, cuya sede central está en el polígono industrial de Río do Pozo, en Narón (A Coruña), destaca el grupo Inditex, pero también son los encargados de ejecutar proyectos para otras marca de moda, como Guess, Carolina Herrera, Purificación García, Vans o Loewe.
Otras son algunas de las principales cadenas hoteleras, AC Hoteles-Marriott, Westin o Hoteles Silken, mientras que en el ámbito del sector naval, sobre todo a la hora de equipar yates, destaca la colaboración con la firma Sunseeker, entre otras, además de con Navantia.
El operario ha lamentado que la actual legislación le permite a la empresa «despedir hasta 29 trabajadores sin tener que negociar un ERE», en función del número de empleados, y que entre el personal del que se ha prescindido hay «encargados de turno, jefes de equipo, barnizadores, carpinteros o soldadores».
REPRESALIA
Los despedidos estiman que esta decisión de la empresa es «una represalia por las negociaciones de los ERTE», medida que se puso en macha durante los meses en los que estuvo decretado el estado de alarma y posteriores, debido a la falta de actividad, además de las negociaciones del convenio colectivo.
«Los que levantamos la mano y reclamamos para todos los que nos pertenece», ha insistido. Estas nueves condiciones implicaban una jornada de 6-10 (es decir, seis horas diarias y, cuando a la empresa le hiciera falta, diez horas al día) y pago de horas mediante la fórmula de «tiempo por tiempo».
Por su parte, Europa Press se ha puesto en contacto con la empresa Candido Hermida, que no ha querido dar su punto de vista sobre este conflicto laboral.