La Xunta ha adjudicado por casi 97.000 euros el contrato de redacción del proyecto básico para construir una nueva planta de compostaje de biorresiduos en el ayuntamiento lucense de Cervo, la tercera de las cuatro instalaciones de este tipo que tiene previsto poner en marcha en Galicia.
En concreto, la nueva instalación se ubicará en el polígono de Cuíña y su capacidad de tratamiento será de 3.000 toneladas al año de residuos domésticos y 1.600 toneladas de podas y restos de madera. Con ello, se espera alcanzar una producción anual de 1.500 toneladas de compost de alta calidad, que se destinará a abono natural.
Esta planta dará servicio a 15 ayuntamientos del arco cantábrico gallego –lo que beneficiará a unos 70.000 habitantes– y será diseñada para que pueda albergar la totalidad del proceso de compostaje de los residuos recibidos –pretratamiento, fermentación, maduración, almacenamiento, tratamiento de aire y de aguas–.
Además, la instalación, que se alimentará con energía renovable, contará con tecnologías modernas de tratamiento y control de olores y ruidos. La inversión total prevista en esta edificación es de 5,5 millones de euros y la previsión es que dé empleo a entre 8 y 10 personas.
La de Cervo es una de las tres nuevas plantas destinadas al tratamiento y gestión de los biorresiduos domésticos que promueve la Xunta, las cuales se sumarán a la que ya está en funcionamiento en Cerceda (A Coruña). El objetivo es que cada provincia cuente con una instalación de este tipo.
Así, las otras dos nuevas plantas se localizarán en Vilanova de Arousa (Pontevedra) –cuyo proyecto fue adjudicado a principios de mes– y Verín (Ourense) –en proceso de licitación–. En total, la Consellería ha reservado 25 millones de euros de sus presupuestos de este año para estas nuevas infraestructuras.