La Agrupación Europea de Cooperación Territorial do Río Miño (AECT Río Miño) ha pedido este martes que, «de manera urgente, se reabran todos los pasos» fronterizos para las personas trabajadoras, así como que éstos tengan «un horario verdaderamente adecuado a las necesidades de los trabajadores y trabajadoras».
Así lo ha comunicado la agrupación tras la reunión telemática que mantuvieron este lunes los responsables de 18 municipios portugueses y gallegos, quienes mostraron «su total desacuerdo con la medida decretada por los Gobiernos de Portugal y de España» de cerrar pasos fronterizos, la cual consideran que «revela una total falta de conocimiento de la realidad de este territorio».
Tal y como ha recordado la agrupación, en marzo de 2020 el único punto de paso autorizado era el de Tui-Valença, que «concentró cerca del 44 por ciento del total de la movilidad de trabajadores transfronterizos», ante lo que «los gobiernos reabrieron los puentes de Cerveira-Tomiño, Monção-Salvaterra e Peso-Arbo».
«A penas algunos meses después, en un segundo momento de cierre de fronteras, es completamente incomprensible no tener en cuenta esta realidad, embarcándose en una medida que potencia el ‘efecto embudo’ que puede generar un mayor foco de contagio», ha denunciado la AECT, que ha pedido «por lo menos» la reapertura de los tres puentes, así como del puesto fronterizo entre Ponte da Barca y Ourense.
En este contexto, el vicedirector del AECT y diputado provincial de Cooperación Transfronteiriza, Uxío Beníte, ha avanzado que, de no atenderse sus peticiones, emprenderán «movilizaciones». «La indignación es generalizada y el consenso es absoluto para reivindicar la apertura de más pasos fronterizos para las personas trabajadoras», ha sellado.
DISPOSICIÓN A COLABORAR
Los gobiernos de los municipios afectados también se han puesto a disposición para «colaborar en lo que sea necesario para que la reapertura ocurra lo más rápido posible, evitando sobrecargar a los trabajadores transfronterizos con más costes y colocándoles en situaciones de desgaste físico y psicológico».
En este sentido, Beníte ha insistido en que los alrededor de 6.000 trabajadores transfronterizos «viven en una situación de desgaste físico y psicológico debido a las filas interminables y a los rodeos, con un impacto en el día a día personal y profesional, no teniendo el mismo rendimiento productivo».
Finalmente, la AECT Río Miño ha vuelto a reclamar a los Gobiernos español y portugués la creación de una tarjeta de ciudadano transfronterizo, así como una Intervención Territorial Integrada de carácter transfronterizo para que las regiones fronterizas «sean compensadas por este segundo duro golpe socioeconómico».