La firma de moda infantil gallega Pili Carrera echa el cierre tras casi 60 años de actividad y ya ha comunicado a su plantilla la solicitud al juzgado Mercantil de la liquidación voluntaria, según han confirmado a Europa Press fuentes sindicales.
Pili Carrera, que cuenta con una planta de producción en el municipio de Mos (Pontevedra) y llegó a tener una red de más de medio centenar de tiendas en España y otra docena de países, ha comunicado a sus trabajadores que las pérdidas acumuladas y la falta de liquidez ha llevado a la empresa a adoptar esta decisión. Así, según ha comunicado a los trabajadores, solo está en disposición de garantizar el cobro de las nóminas de enero.
Fuentes sindicales han señalado que, en estos momentos, la firma necesitaría financiación por, al menos, medio millón de euros, no para afrontar nuevos proyectos, sino «simplemente para aguantar hasta junio», momento en que podría concretarse la entrada de un inversor. «Pero junio es muy tarde, y sin financiación no hay posibilidad de sobrevivir», ha señalado Suso García, de FGAMT-CIG, que ha indicado que la empresa cuenta ahora unos 50 trabajadores.
La textil gallega, que adquirió gran notoriedad hace unos años por ‘vestir’ a los niños de varias casas reales europeas (incluidas las hijas de los reyes Felipe VI y Letizia) acumula pérdidas desde hace meses, agravadas por la pandemia de COVID, y ya entre 2018 y 2019 pasó por un concurso de acreedores que, en aquel momento se saldó con una quita, cierre de tiendas y la marcha de 39 empleados.
Fuentes sindicales han trasladado a Europa Press que buscarán alternativas para dar continuidad a la factoría, y han pedido reunirse con la alcaldesa de Mos, Nidia Arévalo, así como con la administración concursal. A ese respecto, Leila Piñeiro, de CC.OO., ha apuntado que la liquidación de Pili Carrera «ni mucho menos tiene por qué significar el cierre de la actividad», y ha recordado que la planta de producción cuenta con unas instalaciones y maquinarias «modernas».
«Hay que buscar alternativas para una firma con casi 60 años de historia, que tiene unas instalaciones listas para producir, y queremos saber cómo se va a hacer la liquidación: si toda la unidad productiva, si se va a trocear, si la marca se venderá por separado…», ha abundado Suso García, que ha apuntado que las administraciones también deben implicarse para avalar posibles proyectos e impedir la pérdida de empleos.