Con «las manos totalmente libres» para trazar una nueva «hoja de ruta» en la patronal gallega que acabe con años de conflictos y aporte una «voz única» al tejido empresarial. Así se siente Juan Vieites (Vigo, 1952), quien se pondra al frente de la confederación de empresarios de Galicia (CEG) a partir del próximo jueves.
En una entrevista con Europa Press, el secretario general de Anfaco esgrime el mensaje «claro» de la «unidad empresarial» y defiende tener una «buenísima» relación con sindicatos por su experiencia en la negociación de convenios colectivos desde su posición, desde hace más de 40 años vinculada con el mundo del asociacionismo empresarial.
Cuando cumple 30 años en la patronal de la conserva de pescados, que «para nada» piensa abandonar por ponerse al frente de la CEG, Vieites también reconoce sintonía con los responsables de la Xunta, pero a lo largo de todo este tiempo y «sean del partido que sean». «En ningún caso se puede decir que un partido o una Xunta son más próximos», asevera.
«Tengo mis amigos, pero el que diga eso (que es próximo al Partido Popular) no me conoce bien (…) Yo puedo hablar con el presidente, con el vicepresidente, con el conselleiro y con directores generales, pero eso no tiene nada que ver con lo que se está produciendo», afirma.
Así, asegura que da el paso adelante para dirigir la patronal, algo que evitó en anteriores ocasiones, porque esta vez le llamó mucha gente –no quiere revelar si también el presidente gallego– y «fue un consenso total», desde las provincias, organizaciones sectoriales, la asociación de la empresa familiar y los círculos de empresarios.
Lo asume como «un reto», sobre todo en lo que respecta a «compaginar» estas nuevas tareas con la vida familiar, y «satisfecho» para tratar de renovar la imagen de una confederación lastrada por años de guerra interna que se tradujeron en las dimisiones del vigués José Manuel Fernández Alvariño (en 2015), el ourensano Antonio Dieter Moure (2016), el coruñés Antón Arias (2018) y el también ourensano José Manuel Barreiros (a finales de 2020).
La territorialidad ha sido una constante en las disputas entre organizaciones, por eso Juan Vieites aceptó ser avalado por Lugo, donde presentó su programa esta semana, pese a que después también Pontevedra (donde es vicepresidente) aportó aval a su candidatura.
El histórico dirigente de la patronal gallega Antonio Fontenla, que fue presidente durante 12 años y en los últimos tres ha ejercido como portavoz en la situación de interinidad que afrontaba la CEG, también le ha brindado su apoyo desde A Coruña, al igual que se lo han trasladado, según asegura, Ourense y las sectoriales.
Por eso se siente «con las manos totalmente libres» para «conseguir la unión» y poder centrarse en los apoyos que reclama para los empresarios gallegos en este contexto de crisis económica, por los efectos negativos de la pandemia de coronavirus.
«LA VOTACIÓN SUPONDRÁ TRANSPARENCIA»
Aunque evita dar un tirón de orejas porque llega a la patronal con la vista puesta en «el futuro», reflexiona sobre que en los procesos democráticos «los electores tienen la potestad».
De ahí que «por supuesto» que en esta ocasión, a diferencia de lo ocurrido en las últimas elecciones de noviembre, «habrá votación» para elegir al presidente, aunque la suya sea la única candidatura en la asamblea de este jueves 21. «La aclamación es después de la votación, y eso supondrá transparencia», precisa, después de comentar que él sí votó, de forma telemática, en los pasados comicios.
Será, recalca, «el presidente de los empresarios gallegos» y para ellos pedirá la continuidad de las ayudas (ERTE, créditos ICO…) «mientras dure la crisis» de la covid, teniendo en cuenta que su previsión para por que «la recuperación vendrá en 2022», con «brotes verdes» o «mejoras» en el segundo semestre de este 2021.
«La salud tiene que ser lo primero y las medidas para paliar el sufrimiento tienen que continuar mientras dure la crisis», destaca Vieites, convencido de que las dificultades van a «durar tiempo» y estarán muy vinculadas con el avance y efectividad de la vacuna.
En cualquier caso, opina que «en la mente de la administración gallega está intentar paliar este sufrimiento» de sectores como la hostelería, el turismo, la restauración y el pequeño comercio, entre otros tantos subsectores que están «muy mal».
Reconoce que «produce desazón» observar el estado de la economía pero advierte de que «como llegue la cuarta ola» el panorama será peor, por lo que apuesta por centrarse en aplicar las medidas sanitarias y avanzar en apoyos para la reactivación económica en el marco del diálogo social.
Al respecto, lamenta el descuelgue del sindicato mayoritario en Galicia, la CIG. «No puedo estar de acuerdo con que uno se desmarque. Yo soy de la unión, en el momento actual todos debemos ser responsables», resalta.
Conocedor de cómo funcionan los fondos europeos y los proyectos de I+D, quiere enfocar su trabajo en la CEG en que dichos recursos «permeabilicen» y «fluyan» hacia las pequeñas y medianas empresas y en las microempresas gallegas, puesto que las grandes ya tienen «su propio pulso financiero».
Este dinero debe llegar, a su juicio, tanto a través del desarrollo de proyectos como con créditos, incentivos, promoción del consumo, etcétera. «Llevo muchos años en estos campos y aunque todos los días se aprende, creo que puedo aportar mi grano de arena», concluye.