Representantes de la hostelería gallega han calificado como un «disparo en la sien» y como una «bomba» el anuncio efecutado este miércoles por el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, sobre la ampliación de las restricciones a 60 ayuntamientos –las siete ciudades y otros 53 municipios– y que, entre otras medidas, incluye el cierre de estos negocios.
Ante una situación que el sector calificaba ya de «insostenible», tras decretarse el cierre perimetral en las urbes gallegas y otros municipios, además del toque de queda, han acogido la última medida con «enfado» y cuestionando, en algún caso, que existan datos clínicos que justifiquen «tomar» una decisión así.
«Es desproporcionada», apunta a Europa Press Lois Lopes, directivo de la Asociación de Hostelería de Santiago de Compostela, que apela a que Galicia «es la cuarta comunidad por la cola en incidencia acumulada».
«La situación es límite, el sctor está ahogado», expone, a su vez, el presidente de la Federación Provincial de Hostelería de Pontevedra, César Ballesteros, quien reprocha a las administraciones estar «mirando para otro lado».
EXIGEN AYUDAS
«No se están tomando medidas de calado», apunta como otros representantes del sector, que reclaman «un plan de rescate», resume el representante de los hosteleros de Santiago en línea con lo que manifiesta también el presidente de la Asociación de Empresarios de Hostelería de A Coruña, Héctor Cañete.
«Necesitamos conocer las ayudas, siempre estamos dispuestos a ayudar, pero a la Xunta le pedimos el mismo sacrifico en ayudas que apoyen al sector», asegura. Al respecto, César Ballesteros recalca, a su vez, que, a nivel legislativo, no se han recogido «los daños» que estas medidas implican para el sector.
Así, apunta que los hosteleros tendrán que seguir pagando los alquileres, a lo que suma el pago del IBI, «que ha subido un 4%», señala el representante de los hosteleros de Pontevedra. «Nadie dice que estés exonerado en el pago de la cotización a la Seguridad Social», apunta sobre el tiempo de cierre y alertando de que en Galicia a final de año «el 30% de los negocios cerrarán». «Solo en Pontevedra, son 10.000 trabajadores a la calle».
PROTESTAS
En este contexto, todos coinciden en que los llamamientos a la «calma» por parte de las asociaciones no están surtiendo efecto. Así, en Santiago se está convocando a través de redes sociales una cacerolada para este miércoles, a las 20.00 horas.
En Vigo y Pontevedra, ya previamente programadas, hay una protesta prevista para el viernes, con caravana de coches. «Los ánimos están muy caldeados», reconoce a este respecto el presidente de los hosteleros coruñeses que no descarta movilizaciones más contundentes, tras la que protagoniza este sector en la ciudad herculina esta semana.