La recuperación en curso de la economía de la eurozona no permitirá alcanzar los niveles de PIB anteriores a la pandemia hasta finales de 2022, según ha anticipado el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, quien confía en que la respuesta de las autoridades ante los rebrotes de la enfermedad será distinta a la adoptada la pasada primavera, apostando por medidas específicas en vez un nuevo confinamiento general.
«Una recuperación que ya se ha iniciado, pero que será incierta, incompleta y desigual», ha señalado Guindos durante su intervención en el Foro La Toja, donde ha advertido de que las autoridades no van a reaccionar a los rebrotes del coronavirus de la misma manera que en la primera oleada de la pandemia, apuntando que la respuesta «será mucho más específica y centrada en situaciones concretas, pero no va a haber un confinamiento general».
De este modo, el vicepresidente del BCE ha advertido de que la recuperación de la economía de la zona euro no permitirá alcanzar los niveles de PIB anteriores a la pandemia antes de finales de 2022, mientras que la inflación continuará en niveles negativos el resto de 2020 para comenzar a recuperarse el próximo año.
En este sentido, el banquero central ha reconocido que la tasa de inflación de la zona euro se mantendrá en niveles negativos el resto del año por el impacto de la crisis, la energía y las bajadas del IVA en algunos países como Alemania o Irlanda y ha confiado en que se recuperará el próximo año en paralelo a la economía, aunque en 2022 se situará en torno al 1,3%, aún lejos del objetivo de estabilidad de precios del BCE.
No obstante, el exministro español de Economía ha señalado que uno de los factores clave que determinará la evolución e intensidad de la recuperación de la zona euro será cómo se comporte el «ahorro preventivo» de los hogares, que se transformará en consumo en función de la confianza, mientras que el «ahorro forzado» de las familias durante los meses de confinamiento, cuando no podían gastar, gradualmente se irá transformando en consumo.
«La cuestión fundamental será ver si la pandemia deja cicatrices permanentes en la economía», ha apuntado Guindos, señalando entre los efectos económicos más visibles el fuerte aumento de la deuda pública y el déficit. «A corto plazo no hay alternativa, hay que gastar», ha reconocido, subrayando que «hay que gastar bien».
Asimismo, Guindos ha destacado que los países con mejor respuesta a la crisis han sido aquellos con un mejor funcionamiento institucional, lo que, a su juicio, supone que «la gobernanza es fundamental para afrontar situaciones como la de la pandemia».
A este respecto, el economista ha destacado el papel que desempeñará el fondo europeo de recuperación a la hora de paliar las diferencias en la reactivación económica entre los países con mayor y menor margen fiscal. «El fondo de recuperación intenta hacer frente a estas disparidades para evitar una recuperación a distintas velocidades como consecuencia del diferente espacio fiscal», ha apuntado.
«Cuando pase todo, lógicamente habrá que volver a la sostenibilidad de las finanzas a corto y medio plazo (…) la variable fundamental volverá a ser el déficit público, tendremos que volver a hacer un esfuerzo, porque ratios de deuda/PIB muy elevados suponen una losa para el crecimiento económico en última instancia», ha advertido.