La pensión media en Galicia aumentó, a fecha de 1 de agosto, un 2,28 por ciento en relación al mismo mes del año anterior, aunque sigue a la cola del Estado, con una media de 861,26 euros. Solo Extremadura, con 843,52 euros, computa una prestación media más baja que la Comunidad gallega.
Así lo constatan los datos difundidos este viernes por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, que refleja que el número de pensionistas en Galicia es de 764.426, un 7,82% del total nacional y un 0,18% menos que en el mismo mes del año anterior.
De ellos, 68.387 perciben una prestación por incapacidad permanente –que asciende a una media de 891,86 euros–, 479.143 por jubilación –con una media de 980,03 euros–, y 185.785 por viudedad –con una media de 613,17 euros–.
La pensión media en Galicia es 151,68 euros más baja que la media del conjunto del Estado, que se sitúa en 1.012,94 euros.
Por provincias, el mínimo de españa lo marca Ourense, con una pensión media de 745,22 euros; y le sigue Lugo, con una media de 767,22 euros. La diferencia con las provincias atlánticas es significativa, ya que en el caso de Pontevedra la pensión media está en los 901,89 euros, y en A Coruña, en 905,89 euros. En todas las provincias las pensiones crecieron más de un 2%.
En cuanto al número de pensionistas, A Coruña computa el mayor número –299.345, un 0,10% más que el año pasado–, y le sigue Pontevedra con 242.573 personas que cobran una pensión, un 0,18% más. En Lugo y Ourense –con 115.246 y 107.262 prestaciones computadas, respectivamente–, se experimentó un descenso de pensionistas del 1,02% y del 0,87%.
DATOS ESTATALES
En el conjunto del Estado, la Seguridad Social destinó el presente mes de agosto la cifra récord de 9.904 millones de euros al pago de las pensiones contributivas, un 2,3% más que en el mismo mes de 2019.
El gasto de agosto fue superior al del mes anterior (9.882 millones) debido que subió el número de pensiones respecto a julio en 10.506 prestaciones, hasta situarse en 9.777.556 pensiones contributivas.
Del total de pensiones vigentes a 1 de agosto, el 62,3% (6.091.312 pensiones) fueron de jubilación; 2.352.543 correspondieron a prestaciones de viudedad; 950.119 a incapacidad permanente; 340.621 a orfandad y 42.961 fueron pensiones a favor de familiares.
De los 9.904 millones de euros que se destinaron a pagar todas estas pensiones, más de dos tercios fueron a parar a pensiones de jubilación (7.092,2 millones de euros, casi un 2,9% más). A las pensiones de viudedad se dedicaron 1.710,3 millones (+1,5%), a las de incapacidad permanente se destinaron 936,2 millones (-0,3%), mientras que el gasto en pensiones de orfandad fue de 139,8 millones (+1%) y el de prestaciones a favor de familiares, de 25,4 millones (+3,08%).
EL IMPACTO DEL COVID: MENOS ALTAS Y MÁS BAJAS
Con datos de julio, el número de altas de pensión registradas fue de 49.521 pensiones, un 7,1% más respecto al mismo mes del año pasado, debido a los aumentos próximos al 12% en las altas de jubilación y viudedad.
En el acumulado entre enero y julio se han producido 293.752 altas, es decir, nuevas pensiones, cifra un 14,8% inferior a la del mismo periodo de 2019. Al mismo tiempo que han bajado las altas, han subido las bajas: en los siete primeros meses del año han causado baja 317.669 pensiones, un 12,9% más. Los mayores aumentos de bajas los registran las pensiones de viudedad (+16,5%) y de jubilación (+14,1%).
El Ministerio subraya que estos datos reflejan el efecto de la pandemia y obedecen, en parte, al cierre de oficinas durante el estado de alarma y a la situación de confinamiento, que hizo que «muchos ciudadanos» aplazaran sus gestiones con la Seguridad Social.
«También hay que tener en cuenta cómo ha influido la pandemia en términos de mortandad sobre el conjunto de la población y, en mayor medida, sobre el colectivo de las personas de mayor edad», añade.