Justo cuando se cumple una semana de la entrada del incendio de Larouco en tierras de Quiroga (Lugo), los técnicos empiezan a dar por estabilizado el fuego, en el que ya no hay llama. Así lo ha explicado este viernes el concejal de Medio Ambiente, Luis Manuel Arias, quien aseguró que ya no hay puntos calientes, pero se está procediendo a refrescar toda la zona para evitar que se vuelvan a activar focos.
Este mismo incendio se acercó a las puertas del término municipal de Folgoso do Courel, que ya sufrió otra ola de proporciones históricas en 2022, pero no llegó a entrar gracias al trabajo de las brigadas durante días abriendo zanjas y en la jornada de ayer con los operativos trabajando con medios aéreos durante todo el día.
La situación está también «bastante estabilizada» en Folgoso do Courel, en los dos frentes que tenían abiertos (el otro por León) y donde se sigue vigilando atentamente en dos puntos cruciales, Outeiro y Ferramulín, para evitar que las llamas vuelvan a activarse.
El mayor temor está en la subida de las temperaturas prevista para este fin de semana, «que podría cambiar la situación en un momento».
Ahora mismo, las labores principales están centradas en refrescar todo el terreno quemado desde Larouco, que tiene una extensión de 170 kilómetros de perímetro, según las estimaciones que maneja el responsable municipal quirogués.
CARBALLEDO
En Carballedo, cerca del embalse de Os Peares, la situación también está «bastante controlada», según ha explicado su alcalde, Julio Yebra-Pimentel. El fuego, un foco nuevo, se inició a media tarde del jueves y se declaró la Situación 2 como medida preventiva porque había un pueblo amenazado, Oleiros. En pocas horas las llamas se controlaron, pero volvieron a resurgir por la noche poniendo en peligro también a otra pequeña localidad de esta parroquia de Cova, Papelle.
Este mediodía, el alcalde afirmó estar «tranquilo» porque hay un gran operativo, con medios aéreos y buldócer trabajando en la zona. «Ahora mismo no hay peligro para ninguna de las dos localidades, aunque hay que estar vigilantes», agregó el mandatario, que se mantiene en la zona de riesgo, en Papelle, donde el incendio no está lejos pero «hay mucha gente trabajando y estamos tranquilos», agregó.
Según las primeras estimaciones, este nuevo incendio afecta a una superficie de cerca de 50 hectáreas. Para su extinción se movilizaron 2 técnicos, 3 agentes, 7 brigadas, 8 motobombas, 2 palas, 4 helicópteros y 3 aviones.
Cuando se decretó el incendio fueron desalojados de forma preventiva los jóvenes que estaban en el Albergue de Os Peares. Así, un total de 53 niños y 11 monitores fueron trasladados al albergue juvenil Lug2.