La pandemia ha dejado unos efectos «muy negativos» en el sector del mejillón fresco en Galicia, ya que registra un desplome en las ventas superior al 20% en 2020 en comparación con el año anterior.
Esta es una de la conclusiones que se recoge en un informe de la Comisión do Mexillón –órgano colegiado con representación del sector– remitido a la comisión de reactivación del Parlamento gallego, al que ha tenido acceso Europa Press.
Tras una encuesta entre 11 empresas representativas del sector, se observa el impacto negativo en el mejillón fresco entre marzo y noviembre de 2020 en comparación con otros años. Todas tuvieron retroceso, salvo una compañía, mientras la mitad sufrieron una caída de más del 30% (superior al 60% en algún caso).
La razón principal de este descenso se encuentra en los cierres del canal de la hostelería, así como de tiendas de venta al por menor de productos del mar (especialmente lastrada al principio de la pandemia).
Y es que el mercado del mejillón fresco es el mayoritario, pues supone dos de cada tres kilos producidos. Además, registra mejores precios de venta que la transformación.
«EFECTOS NEGATIVOS PARA EL FUTURO»
El sector fue declarado como esencial y continuó con su actividad durante el estado de alarma, «debiendo asumir riesgos por parte de los profesionales del sector».
Así, se consiguieron medios de protección para los trabajadores. Paralelamente, se hicieron campañas de recaudación de fondos para la adquisición de materiales necesarios.
Una de las cuestiones sobre las que se llama la atención el estudio es que la pandemia «obligó al sector y a todas las empresas vinculadas directa o indirectamente a rediseñarse y adaptar sus procesos de producción a la nueva situación» con el «coste económico, logístico y organizativo que implica».
Además, pone el foco acerca de que «la intestabilidad e inseguridad» provocada por la pandemia «provocó una recolección atípica de mejillón», «trastornando los ciclos habituales del mejillón, lo que podría tener efectos negativos en el futuro próximo».
«COLAPSO» DE LA HOSTELERÍA
En este informe que entró en la Cámara a finales de enero, figura que desde la primera ola del coronavirus los sectores productor, de transformación y auxiliar «notaron mucho el impacto» con la caída de la demanda doméstica, así como el «colapso» en el canal de restauración (Horeca) –que supone más del 25% de la comercialización–. A esto se une el hundimiento de las exportaciones, con el cese de actividad en empresas transformadoras y comercializadoras.
De tal forma, el sector se vio afectado «enormemente» por el descenso de flujo de caja debido a la caída de ventas, al tiempo que sufría un incremento de costes «y una cadena de impagos de producto ya comercializado que se prevé imparable».
Aquí, se observa una crisis del molusco freco «transversal», pues afecta a la cadena de valor (mejillón para fresco, depuración y distribución) «enormemente extensa», con infinidad de empresas auxiliares en el litoral gallego.
CAÍDA DE MÁS DEL 20% EN EXPORTACIÓN
En lo tocante a la exportación, se encontraba en crecimiento hasta 2019, en donde destacan el mercado francés e italiano. En 2019, la ventas al exterior de mejillón alcanzaron las 40.500 toneladas por un importe de 29 millones de euros.
Sin embargo, entre enero y septiembre de 2020, Galicia exportó 17.858 toneladas de mejillón, lo que supone un 22,6% menos que en el mismo periodo de 2019.
Esto se tradujo en que el importe de ventas bajó a 12,9 millones en ese plazo, un 24,5% menos, con base en las cifras de la Comisión do Mexillón.
A ello se suma que los días de cierre por biotoxina se incrementaron un tercio en 2020, lo que causó más perjuicios en el sector por una mayor «volatilidad en la oferta y demanda».
La producción de 2020 fue de 220.978.096 kilos de mejillón (con datos provisionales), inferior en un 7% a los 237.432.650 kilos del anterior año.
PROPUESTAS
El documento de la Comisión do Mexillón termina con un apartado de propuestas para estar «preparados» ante la continuidad de la pandemia, con «una constante adaptación» del sector.
En esta línea, se considera como «fundamental» recuperar los mercados perdidos y mantener su estabilidad, así como «reforzar todos las piezas» de la cadena sectorial.
Por tal motivo, se pide el apoyo de administraciones con ayudas directas e indirectas, además de la colaboración de entidades financieras y seguros. Aquí también será clave «estimular» el consumo mediante campañas de promoción.
El reto es retomar la tendencia positiva a través de ser más competitivos, innovadores y «adaptando la oferta a los nuevos hábitos de consumo», con apertura internacional.
«Solicitamos el apoyo de todas las administraciones para que podamos mitigar la enorme incertidumbre y preocupación del impacto del covid en nuestro sector y, por extensión, a todo el tejido mar industria del que dependen miles de familias vinculadas al mar, mejilloneros, conserveras, depuradoras, cocederos, etcétera», concluye el texto.