El Real Club Celta de Vigo ha inaugurado este sábado su nueva ciudad deportiva, que ha sido bautizada con el nombre de ‘Afouteza’ y que se ubica en el municipio de Mos, en Pontevedra, limítrofe con la ciudad olívica cuna del único equipo fútbol gallego que en la actualidad milita en la Primera División.
El acto de inauguración ha contado con la presencia del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, acompañado por miembros de su gobierno como el vicepresidente Alfonso Rueda y el conselleiro do Medio Rural, José González; así como por otras personalidades como el jefe del Legislativo autonómico, Miguel Ángel Santalices, y la alcaldesa de Mos, Nidia Arévalo.
Allí, junto al presidente de club vigués, Carlos Mouriño; Feijóo ha destacado que las nueva ciudad deportiva del Celta está «a la altura de su relevancia» como entidad deportiva con unas instalaciones «de primera» que, dice, están «abiertas a los vecinos del área».
El mandatario popular, según consta en un comunicado emitido a los medios tras un acto cerrado a la asistencia de periodistas, ha manifestado que la construcción de esta ciudad deportiva corresponde a la «necesidad imperiosa» expresada por un club que supone el «estandarte del Vigo metropolitano y de toda Galicia».
Así las cosas, ha señalado que las administraciones «deben entender, respetar y apoyar» el papel del Celta como «patrimonio deportivo» para que siga aportando al deporte gallego.
PROTESTA VECINAL
Paralelamente al acto de inauguración, miembros de la entidad comunal de los montes de Tameiga ha reiterado su rechazo al proyecto de la ciudad deportiva del Celta, envuelto en la polémica al ser tachado de «pelotazo urbanístico» por parte de entidades sociales y políticas a lo largo de los últimos años.
De hecho, los comuneros ha colgado pancartas en las inmediaciones de los accesos a la nueva ciudad deportiva del club vigués, cuya inauguración ha sido puesta en entredicho por el colectivo.
«Las obras están sin terminar y tendrán que enfrentarse a las múltiples denuncias que ponen en tela de juicio su legalidad. Este acto es solo una escenificación más para presentar su delitio como un hecho consumado y que los vecinos se den por vencidos y renuncien a defender el bien común», señalan los comuneros de Tameiga en un comunicado remitido a los medios.