El investigador de la Universidade de Vigo, Pablo Romero Fresco, colabora en la actualidad con la multinacional de distribución audiovisual Netflix para el desarrollo de contenidos audiovisuales más accesibles, que permitan a los espectadores de las versiones traducidas (subtituladas y dobladas) y a los de las versiones accesibles (mediante subtítulos para personas sordas y con audiodescripción para ciegos) ver la película tal y como podrían hacerlo los que la visualizan en versión original.
Así, según recoge el Diario de la UVigo, todo empezó por lo que Romero llama la ‘ceguera por subtitulado’, donde por leer unos subtítulos, el espectador no llega a ver la imagen, produciéndose en planos en los que hay diálogo y narración sobre texto en pantalla, por ejemplo un cartel. También cuando los subtítulos ocupan la parte de la pantalla en la que se concentra la acción principal, o en el caso de una secuencia en la que suceden diálogos a mucha velocidad.
«Con esta ceguera por subtitulado los espectadores extranjeros o sordos que leen los subtítulos están viendo prácticamente una película diferente y cuando se les pregunta, se evidencia que se perdieron muchos planos, lo que es un problema», ha lamentado Romero.
Traductor de formación y director de cine, considera «imprescindible» que en el montaje de las películas no solo se piense en la audiencia original, «de la misma forma que no se plantearía la construcción de un edificio sin tener en cuenta desde el principio que hay que hacer un baño adaptado».
De esta manera, Romero ha desarrollado un nuevo modelo que tiene en cuenta, tanto la traducción, como la accesibilidad durante el proceso de producción de la película y no solo en la fase de distribución, como se hace actualmente, por lo que inició su colaboración con Neflix.
Así, Romero ha recordado que inicialmente Netflix solo ofrecía contenidos en inglés, pero pasado el tiempo incorporó a sus productos audiovisuales la traducción, a través de su exalumna Denise Kreeger, pero no la accesibilidad.
LLEGADA A NETFLIX
«Fue entonces cuando le hice llegar a Kreeger mi película Unindo puntos y ella la proyectó a sus jefes de Netflix para convencerlos de que tenían que ser unos abanderados de la accesibilidad y desde entones comenzaron a hacer audiodescripciones para ciegos y subtitulación para sordos», ha indicado.
Posteriormente, Netflix contactó con él para solicitar que revisase las directrices de audiodescripción de la empresa, que revisó y recomendó para que adoptasen un enfoque más accesible. Ahora acaba de llegar a Hollywood donde impartió en las oficinas de Netflix una formación para sus traductores y cineastas para integrar este enfoque.
«Es la primera vez que se reunían creadores y localizadores, por lo que es una oportunidad única para que adopten completamente el modelo que proponemos y comience a hacerse cine teniendo en cuenta desde el principio, no solo a los espectadores de la versión original, sino a todos», ha sentenciado.