El Multiusos Fontes do Sar de Santiago servirá de escenario hasta en ocho ocasiones, entre este miércoles y el domingo, Día de Reyes, para el Cirque du Soleil y su nueva gira con el espectáculo ‘Ovo’. Para llevarlo a cabo, un equipo de un centenar de personas, más de la mitad de ellos artistas que aparecen en el escenario, entrenan y se caracterizan como insectos durante las horas previas a cada pase.
Este miércoles a las 20,30 horas será el primero de los ocho ‘shows’ que hará la compañía en Compostela, ciudad en la que permanecerán hasta el domingo para luego viajar a Zaragoza.
Hormigas, libélulas, mariposas y grillos son los principales protagonistas de ‘Ovo’ –‘huevo’ en gallego y en portugués, ya que el creador del espectáculo es brasileño–, que cuenta una historia de amor con toques de humor ambientada en todo un ecosistema de insectos en movimiento. Dura sobre 100 minutos, con un descanso de 25, y es apto para prácticamente todas las edades.
Toda la infraestructura material y humana que implica ‘Ovo’ llegó a la capital gallega el lunes, 1 de enero, en 23 camiones desde Lisboa, donde hicieron su último pase el 31 de diciembre, tal y como ha explicado ante los medios de comunicación Janie Mallet, publicista encargada de este espectáculo.
Este ‘show’, que no es la primera vez que recala en Galicia, requiere de un centenar de personas que tienen más de una veintena de nacionalidades diferentes. De todos ellos, algo más de la mitad (52) son artistas entre los que se sitúan campeones del mundo y olímpicos de varias disciplinas.
Además, en cada ciudad que visita, el Cirque du Soleil contrata a otro centenar de trabajadores para ayudar con la descarga de los camiones y para montar el escenario –en este caso, en la cancha del Multiusos Fontes do Sar– y todos los equipos técnicos necesarios.
«TODO LO NECESARIO» EN SUS CAMIONES
En los camiones va «todo lo necesario» para cada espectáculo, incluidos entrenadores y fisioterapeutas en caso de que sean necesarios, tal y como ha detallado Janie Mallet durante una visita al ‘backstage’ y a la zona de entrenamiento organizada para la prensa.
Los artistas se pasan el día preparándose, lo cual implica no solo calentamiento, sino también labores de maquillaje y vestuario que pueden durar hasta horas. La cancha del Multiusos ya estaba convertida este miércoles por la mañana en un colorido escenario con todas las colchonetas y medios técnicos necesarios para ‘Ovo’.
Justo detrás de la estructura principal, de varias toneladas de peso, es donde se encuentra la banda con siete músicos, que tocan en directo para cada ‘show’ y que son invisibles para el público.
De este grupo forma parte una cantante que también es una de las acróbatas que se cuelgan del techo a través de unas cintas y que, precisamente, en la mañana de este miércoles entrenaba detrás del escenario, justo donde el Cirque du Soleil tiene montado su gimnasio particular.
En esta misma estancia cuentan con un control técnico en el que, a través de un televisor, pueden seguir el espectáculo en directo. Esto les sirve no solo para poder controlar los tiempos y para que cada artista sepa cuándo le toca, sino también para visualizar aspectos a mejorar de sus performances.
VESTUARIO Y MAQUILLAJE
Cada uno de los disfraces y pinturas de cara con los que los acróbatas se visten de insectos y otros personajes están hechos a medida de cada uno de ellos, porque deben ser «bonitos pero también funcionales», subraya Mallet.
Los ropajes, más de 800 en total para representar ‘Ovo’, requieren unas 60 lavadoras para estar todos listos y son, en su conjunto, una explosión de colores muy vivos e impresos sobre licra blanca.
En cuanto al maquillaje, los artistas tardan en ponérselo, incluso con experiencia, entre 30 minutos y hora y media. Solo el más fácil, el de los grillos, pueden ser unos 20 minutos.
UN CIRCO QUE CUMPLE «SUEÑOS»
El francés Kilian Mongey, la canadiense Svetlana Delous y el brasileño Wellington Lima son tres de los más de 50 artistas participantes y han atendido a los medios de comunicación justo después de realizar una pequeña demostración de la parte final del ‘show’.
Delous, de 35 años de edad, entró en 2017 en el Cirque du Soleil y, para ella, entrar en este equipo supuso «cumplir un sueño» que tenía desde su temprana adolescencia. Esta canadiense representa en ‘Ovo’ a la araña roja, un «personaje acrobático» que aparece en varias partes de la historia.
Cuenta ante los micrófonos de la prensa que, para cada pase, los artistas calientan y estiran durante horas. «Tengo que concentrarme mucho porque no puedo tener momentos de inatención. Eso también me gusta, no pienso en nada más que en lo que estoy haciendo. No siento que estoy muy alta, solo lo que tengo aquí, frente a mí, es mi mundo en este segundo», relata, para luego admitir que el estrés lo emplea como una herramienta «para tener mucha concentración».
Delous invierte «unas diez horas a la semana» entre entrenamiento propio y a otros miembros del equipo. Reconoce que todos son «una gran familia» que viaja por todo el mundo conociendo «a cientos de personas» que están listas para ayudarlos. «En cada país tenemos una conexión, o estudiantes de circo que nos dicen que vieron el ‘show’ y ahora pueden tener una motivación», relata.
Kilian Mongey, por su parte, es uno de los 13 grillos que aparece en el acto de cierre de ‘Ovo’ haciendo saltos mortales de hasta tres y cuatro metros de altura. «Como es el final, intentamos poner mucha energía en el escenario, saltar lo más alto posible y que la gente no se asuste, pero que estén lo más sorprendidos posible», explica.
Este acróbata francés –originario de París– entró con 20 años en el Cirque du Soleil, hace ya nueve, y también supuso cumplir «un sueño» que tenía desde que, de pequeño, fue a ver el espectáculo ‘Alegría’. «Es algo mágico poder transmitir cada noche esa emoción que viví cuando tenía 11 años».
Finalmente, Wellington Lima es uno de los veteranos del Cirque du Soleil, puesto que lleva algo más de dos décadas en la compañía, un tiempo en el que «cambió mucho», pero siempre desde «la excelencia». En ‘Ovo’ es otro de los grillos.
Es brasileño y, aunque empezó por la capoeira, luego se sumergió en el mundo de la gimnasia y en la cama elástica. Se enamoró del circo con un espectáculo en Orlando (Estados Unidos) y ahora está en su «quinto espectáculo» con el Cirque du Soleil. De hecho, Lima y su equipo fueron los precursores del trampolín de pared.