La Asociación de Actores e Actrices de Galicia (AAAG) ha alertado este lunes sobre las condiciones en las que se está dando su regreso a la actividad laboral en el ámbito de las artes escénicas, «sin garantías higiénico-sanitarias» que prevengan los contagios por COVID-19.
Según han denunciado en un comunicado, «el sector carece a día de hoy de un protocolo formal para reducir los riesgos de contagio» con unas medidas higiénico-sanitarias «suficientes» para un oficio «en el que, en muchas ocasiones, las medidas generales de protección», como la distancia o el uso de mascarillas ,»no son asumibles».
La AAAG ha recordado que «el contacto físico entre integrantes del elenco artístico resulta inherente a la actividad», algo que causa una «honda preocupación» en el sector de cara a la reactivación.
En el proceso de desescalada, apunta la asociación, los decretos «se han centrado» en «los porcentajes de aforo, en las distancias entre espectadores o en la seguridad en los accesos de los recintos», sin establecer «medidas específicas para garantizar la seguridad de los equipos artísticos sobre los escenarios».
Incluso el documento publicado el 14 de junio por el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música, apuntan, «es insuficiente», dado que «resulta ser tan sólo una hoja de ruta orientativa elaborada por una institución cultural estatal sin competencia ninguna en materia sanitaria».
Por ello, la AAAG considera «imprescindible un protocolo oficial y riguroso de ámbito autonómico que vele por la seguridad de los elencos artísticos», a los que «se les podría llegar a exigir por motivos profesionales y/o artísticos ejercer su trabajo sin mascarilla ni distancia de seguridad o incluso mantener un contacto físico íntimo, con el riesgo que esto supondría no solo para la salud de ellos, sino para el conjunto de la sociedad en el contexto actual de pandemia».
La AAAG considera que ese protocolo oficial debería especificar que los servicios de prevención de riesgos laborales deben decidir en que espectáculos podría resultar imprescindible la realización de tests y su periodicidad, evaluando las particularidades de cada montaje y los riesgos de contagio derivados de las acciones que se desarrollen sobre el escenario que contravengan las medidas esenciales de protección.