Un estudio del Centre de Recerca Ecològica i Aplicacions Forestals (Creaf), la Universitat de Barcelona (UB) y otras instituciones ha identificado un cambio «sin precedentes» en el régimen de incendios en Europa, con veranos y primaveras con un riesgo de incendio inédito en los últimos años.
En sendos comunicados este jueves, ambas instituciones han explicado que muchas zonas de la Europa meridional y el Mediterráneo experimentan «condiciones extremas y propicias al fuego», cada vez más frecuentes por el aumento de las olas de calor y la sequía hidrológica.
El trabajo, publicado en ‘Scientific Reports’, vincula el aumento del riesgo de incendio con unas mayores emisiones de CO2 derivadas del fuego, medidas en observaciones por satélite y observadas también en la Europa del norte, que posee importantes reservas de carbono en la tundra y los bosques boreales.
«Las zonas boscosas y montañosas del sur y centro de Europa son las áreas en que se detectan los aumentos más grandes del riesgo de incendio», ha apuntado el autor del estudio, Jofre Carnicer, que ha citado los Pirineos, los macizos ibérico y cantábrico, los Alpes, el Macizo Central francés, los Apeninos, Cárpatos, Balcanes, Cáucaso y el Póntico.
El estudio también predice la evolución del riesgo de incendio en Europa hasta 2100 en función de cuánto aumente la temperatura media: si son dos grados (con una reducción «drástica» de emisiones de CO2), habrá 20 días más de riesgo de incendio extremo, y si son cuatro grados de aumento, 40 días más al año.
El autor considera que el riesgo de incendio «podría poner en peligro las estrategias de descarbonización basadas en los usos del bosque y el territorio agrícola si no se adoptan estrategias de gestión forestal efectivas», y podría retroalimentar el cambio climático en ciclos progresivos de calentamiento, aumento del riesgo de incendio y de más emisiones de CO2.