Vecinos de Monterrei (Ourense) han lamentado el «desierto negro» que deja el incendio que comenzó el pasado viernes en la parroquia de Flariz y que en estos momentos afecta ya a más de 720 hectáreas. De ellas, 450 son forestales y las restantes 270 agrícolas, según los últimos datos aportados por la Consellería de Medio Rural.
El fuego, ha sido controlado este martes, ha calcinado «prácticamente todo el pueblo». «Salir a pasear o pasar por la carretera de A Salgueira y ver todo negro es ahora una verdadera pena», explica Rubén Payo, de Embutidos A Salgueira, una de las zonas más afectadas por las llamas.
«Levantarte por la mañana, mirar por la ventana y ver todo negro es una sensación desoladora que te recuerda toda la vida lo que ha ocurrido», ha señalado este martes a Europa Press, Asunción Rodríguez, de Bodegas Crego e Monaguillo. En su caso, además de a las viñas, la «lacra» del fuego les ha afectado a «castaños centenarios» dejando «daños irreparables».
En cuanto a las viñas, Asunción Rodríguez, ha aclarado que «al tratarse de una zona de montaña, los viñedos no tienen mucha extensión» pero calculan que las llamas han afectado a «alrededor de 5 o 6 hectáreas». «La viña no ardió en su totalidad pero es cierto que el calor y las altas temperaturas que han tenido que soportar las vides han dañado prácticamente todas las uvas», ha especificado.
«RESIGNADOS Y ENFADADOS»
«Diríamos que estamos resignados y a la vez enfadados porque sabemos que esto no es la primera vez que pasa en nuestra zona y, muy tristemente, somos conscientes de que va a seguir pasando», señala Mabel Villamarin, vecina de A Salgueira.
Mabel Villamarin ha descrito la situación vivida el pasado viernes como «dantesca» y explica que, a nivel personal, su familia tiene daños «muy considerables» en las viñas, además de en los cultivos de patatas. «Es un desastre y como nosotros están los demás vecinos porque toda la zona afectada era de cultivo», ha insistido, antes de señalar que «a uno de ellos le ardieron cerca de 600 castaños».
Asunción Rodríguez insiste en que «el castigo del fuego no ayuda, después de que el año 2020 esté siendo especialmente complicado para todos». En la misma línea, se ha manifestado su vecino Rubén Payo al que las llamas le llegaron «hasta la puerta» pero, «por suerte», no tienen que lamentar más que «daños menores» y que insiste en que «se trata de una desgracia económica y social en un año que ya de por sí es malo para todos y en el que a mayores muchos de sus vecinos han perdido la huerta, el vino, las castañas y las colmenas».
CLARA INTENCIONALIDAD
Todos los vecinos, incluido el regidor del Ayuntamiento de Monterrei, José Luis Suárez Martínez, coinciden en hablar de «clara intencionalidad» en los incendios que, «de manera recurrente», afectan año tras años a la zona.
«Tenemos claro que aquí en nuestra zona existe una pandilla de cuatro o cinco delincuentes a los que le gusta hacer este tipo de daño todos los años y lo que tenemos que hacer es tratar de pillarlos y meterlos en la cárcel que es donde deben estar», ha manifestado el alcalde.
Asunción Rodríguez dice que «no quiere ser malpensada» pero ella también cree que el fuego ha sido provocado porque «comenzó en varios puntos a la vez, a media tarde y en el día de más viento que recuerda de este verano,», motivo por el cual «las llamas corrían a una velocidad tremenda» y además «el fuego en algunos momentos hizo una especie de lengua que arrasó todo lo que pilló a su paso».
Por su parte, Rubén Payo ha lamentado que «todavía exista una cierta impunidad ante estas situaciones» y ha insistido en que «mientras no se consiga atajar esta lacra, seguirán ocurriendo desgracias».
COLABORACIÓN CIUDADANA
Desde el Ayuntamiento hacen una llamada a la «colaboración ciudadana» para dar con las personas que provocan estas incendios. «La Guardia Civil tiene una investigación abierta pero lo cierto es que es difícil dar con los culpables si no los pillas con las manos en la masa», ha recalcado el alcalde de Monterrei.
En este sentido, Asunción Rodríguez ha pedido «concienciación» porque «le resulta imposible pensar que, de acuerdo al modo de vida de los pueblos, nadie sepa o tenga sospechas por lo menos de quien puede ser el culpable». «Durante años parece que se tuvo la idea de que ardía el monte y daba la impresión de que no era de nadie, pero el problema es que ahora no solamente arde el monte, sino que se lleva por delante viñas, castaños, colmenas, tomates, patatas».
Las «intenciones» que hay detrás de todo esto «las desconocen» pero lo cierto es que «no le encuentran ningún sentido, más allá del hecho de hacer daño intencionadamente y disfrutar viendo como el otro lo pasa mal», lamenta Mabel Villamarin.