El abandono animal en Galicia ha aumentado un 23,16 por ciento respecto a los datos de 2017, según la asociación animalista Libera. Esto supone un incremento por tercer año consecutivo, que en 2017 se situaba en 19.000 casos, en 2018 registraron 22.000 y 2019 contó con 23.400.
Así lo han constatado los defensores de los animales tras «un análisis de las redes sociales» durante el pasado año, además del número de intervenciones o rescates de animales abandonados realizados por particulares, entidades protectoras o perreras de la comunidad gallega, según ha explicado la entidad este domingo mediante un comunicado.
Asimismo, Libera ha detectado un «posible aumento» de perros de caza que «o bien son vendidos de forma ilegal en un primer momento, o abandonados a su suerte» según han declarado protectoras de Vilagarcía de Arousa (Pontevedra) o una perrera de A Coruña que recibe perros extraviados en los montes de A Zapateira.
A este respecto, han mostrado su preocupación ante estos datos que, han señalado, es un «problema público» ya que «una acción delictiva de un particular genera un gasto al conjunto de la ciudadanía».
La asociación ha estimado que cada animal recogido supone un gasto de entre 300 y 400 euros destinados a su recogida, manutención, atención veterinaria básica e identificación. Además, ha advertido que el abandono «puede crear problemas graves como accidentes» mientras que la gran mayoría de estos sucesos «quedan impunes».
POLÍTICAS PREVENTIVAS
Ante esta situación, los animalistas han mostrado posibles soluciones como aumentar el presupuesto dirigido a ayuntamientos y entidades sin ánimo de lucro que, según Libera, se ha establecido en 2020 en 125.000 euros para un total de 390 posibles participantes.
Además, han propuesto invertir en campañas de sensibilización y esterilización de animales para reducir así «la cantidad de camadas indeseadas» como ya realizan países como Portugal o Países Bajos, o también programas como Convivencia Responsable y Escola Animal que, han señalado, Libera ya lleva a cabo en Valladolid y Sabadell, respectivamente.