Las residencias de mayores reanudaron las visitas el pasado lunes con normalidad y tranquilidad, según coinciden la Xunta, fuentes del sector y los sindicatos. A pesar de esta reapertura que los representantes de los trabajadores ven necesaria, todavía urgen más personal, porque las plantillas volverán a quedar «bajo mínimos» al finalizar los contratos firmados en muchos centros a modo de refuerzo durante la crisis sanitaria.

Los geriátricos pudieron y pueden empezar su desconfinamiento, de acuerdo con el protocolo elaborado por el Servizo Galego de Saúde (Sergas), cuando lleven 15 días sin ningún caso de COVID-19, si están situados en municipios con bajo índice de contagios y si cuentan con un informe favorable del área sanitaria.

Así, en los primeros días de visitas, Política Social ha asegurado a Europa Press que todos los encuentros con familiares que se han realizado estuvieron «organizados y supervisados por los centros» y «se están desarrollando con normalidad», algo que también han recalcado los sindicatos consultados. De hecho, cabe resaltar que, salvo un pequeño repunte registrado este sábado, son ya varias semanas de tendencia a la baja en los casos de COVID-19 en estas instalaciones: 41 ancianos y 39 empleados, de acuerdo con los últimos datos disponibles, cuando el global llegó a superar la cifra de 1.100 infectados.

Las residencias de mayores dependientes de la Xunta también han abierto sus puertas a las visitas, aunque no en su totalidad. Según Política Social, el 75% de los centros han podido organizar visitas de familiares esta semana porque «cumplen con los requisitos fijados por las autoridades sanitarias». En el global de residencias de Galicia, el pasado 15 de mayo el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, había asegurado que era el 80% de estas instalaciones las que se ajustaban a los requisitos.

El titular del Ejecutivo gallego había anticipado esta estimación porque la intención de la Administración autonómica era reabrir el régimen de visitas el lunes 18 de mayo, aunque finalmente no fue hasta una semana después, el lunes 25, cuando las residencias pudieron hacerlo, de acuerdo con establecido en el Boletín Oficial del Estado (BOE), una vez que Galicia entró en la fase 2.

PROTOCOLO DE REACTIVACIÓN

Los centros que ya retomaron las visitas de los familiares lo hicieron siguiendo el protocolo de reactivación que establece tres etapas progresivas. La mayoría de centros se encuentran ya en la fase 1 de este plan, aunque los más pequeños y catalogados como ‘hogares residenciales’ y ‘viviendas comunitarias’ pudieron acceder directamente a la fase 2 este lunes.

Para aquellas residencias que entraron en la primera etapa, las visitas deben ser semanales, con cita previa y solo puede hacerla un familiar de referencia, que no debe presentar síntomas y tiene que llevar mascarilla y cumplir el distanciamiento social. Además, el personal de los centros ya puede organizar actividades en grupos de hasta 10 personas en interiores y de hasta cinco exteriores, a una distancia máxima de un kilómetro del recinto.

En instalaciones sociales más pequeñas, que pasaron directamente a la etapa 2 del plan del Sergas, los familiares pueden realizar la visita dos veces a la semana y, junto a las medidas ya incluidas en la primera etapa, se permite que los usuarios ‘válidos’ salgan a la farmacia y al banco a primera hora de la mañana evitando aglomeraciones.

«BUENAS REFERENCIAS» DE LAS VISITAS

Con este panorama, la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) ha afirmado que los trabajadores de los centros residenciales públicos han trasladado «buenas referencias» sobre la gestión de la visitas en estos centros. De momento se han realizado «pocas y por semana», algo que el sindicato pidió para que los mandos intermedios de las instalaciones garanticen las medidas higiénicas y de seguridad de los visitantes y usuarios.

Por ahora, los empleados «están satisfechos», ya que se está cumpliendo con unas «medidas higiénicas estupendas y se han instalado mamparas para evitar el contacto». Una de los miembros de este sindicato, Montse Casal, ha explicado que «tanto unos como otros tienen ganas de abrazarse», pero de momento estas son las restricciones establecidas y espera que «con el paso del tiempo los centros las irán rebajando».

No hay que olvidar que «el virus está ahí» y «una vez que se abren los centros al exterior» existe el «riesgo de que la COVID-19 pueda entrar» en las instalaciones y esto es «una realidad», ha apuntado Casal, sobre todo porque «hay muchos casos de portadores asintomáticos».

En todo caso, el personal «se cuida mucho porque es consciente de que esta trabajando con gente muy vulnerable», ha subrayado. Además, la plantilla de las residencias se reforzó y en todo momento se cumplió con la «profesionalidad» que los cuidados que estas personas mayores necesitan.

APERTURA «NECESARIA» PERO «APRESURADA»

Por parte de CC.OO., Alfonso García califica de «necesaria» aunque «apresurada» la apertura de los centros de mayores. Por un lado, ve «bien» que se iniciasen las visitas el lunes, sobre todo porque «no todas las residencias podían poner a disposición de los usuarios los medios técnicos» para que sus familiares pudiesen contactar con ellos durante el confinamiento.

No obstante, por otro lado ve algunas lagunas, entre ellas que los trabajadores «no saben si la persona responsable» de la desescalada de los geriátricos en las áreas sanitarias tienen formación en medicina preventiva y que desconocen a qué se refiere el propio protocolo cuando habla de evaluar los planes de contingencia de las residencias. «Vemos esas notas discordantes. Si quizás mencionas ese plan de contingencia, tienes que desarrollarlo un poco más», apunta.

Entre las incidencias «puntuales» de las que ha tenido constancia CC.OO., García traslada que ha habido visitantes que han llevado ropa a sus familiares en estos centros, ante lo cual los trabajadores «todavía no saben muy bien cómo actuar». En este caso, explica el sindicalista, debe ser la propia empresa o dirección la que decide cómo proceder con el lavado.

Por su parte, la secretaria nacional de CIG-Servizos, Transi Fernández, ha coincidido al apuntar que «por ahora» no ha habido ningún problema en las visitas que se producen desde el lunes y valora que «en principio» las direcciones de los centros «aprendieron la lección» y tomaron «las medidas pertinentes» para que esto ocurra con normalidad.

Para esta organización, los problemas siguen siendo «la falta de personal» y que determinadas categorías de trabajadores se empleen para cubrir tareas distintas a las que tienen asignadas: «Eso no varió absolutamente nada. Es lo de siempre».

REFUERZO DE TRABAJADORES

Ahora que se ha superado el pico de la curva y que el número de casos en los geriátricos sigue bajando, también desde el CSIF se han mostrado preocupados por la retirada de estos trabajadores de refuerzo que dejarán las plantillas «bajo mínimos», como han asegurado que trabajaban antes de la crisis sanitaria. Así, Montse Casal ha señalado que «nunca hay excedente» de personal.

En esto coincide la CIG, puesto que –ha recordado– había centros privados que contaron durante este tiempo con personal sanitario de las listas del Sergas al que se le terminará el contrato. «Si seguimos con falta de personal y haciendo funciones que no corresponden, vamos a tener los problemas que tuvimos», ha añadido Transi Fernández.

Consultada al respecto, la Consellería de Política Social ha asegurado que hoy en día «no se ha prescindido de ninguna persona contratada en los centros residenciales» y que «siempre se hará lo necesario para garantizar la seguridad y bienestar de los mayores».