Los albergues privados de Galicia han reclamado este viernes a la Xunta que ponga en marcha medidas específicas de apoyo ante la dificultad que plantea mantener la viabilidad de estos establecimientos con las medidas exigidas para frenar la COVID-19.
En un comunicado, estos establecimientos, que se nutren al 90% de peregrinos, han recordado que su característica principal es que están «pensados para compartir», con la mayor parte de sus espacios comunes, donde los usuarios «completan la experiencia del camino» con otros peregrinos.
Sin embargo, esta característica es «también el gran problema» de estos establecimientos en la actual crisis, donde prima el distanciamiento y la reducción de aforos, así como el uso restringido de espacios comunes.
La adaptación a las normativas de prevención, explican, «tendrá un coste que muy pocos podrán asumir». «Con un precio por cama muy reducido, unos aforos máximos inferiores al 50% y unas previsiones de llegada de peregrinos muy bajas, la viabilidad económica de los albergues para los próximos meses será mucho más difícil que la de cualquier otro establecimiento», apuntan.
Por ello, han pedido a la XUnta que, además de los siete millones que se van a invertir en los 70 albergues públicos, «apoye también a los albergues privados» con medidas económicas e iniciativas como la creación de un distintivo avalado por la Consellería de Cultura e Turismo que distinta a los establecimientos que se adapten a la normativa, para ayudarlos a «transmitir la imagen de seguridad».
Del mismo modo, piden una prestación por cese de actividad mientras no exista vacuna o tratamiento para la COVID-19 para los establecimientos que lo soliciten por ser personas de alto riego o con dependientes de riesgo al cargo, y nuevas líneas de financiación del Igape avaladas por la Xunta.
Entre otras cuestiones, los albergues privados han reclamado subvenciones a fondo perdido para adaptar los establecimientos a las normativas de higiene actuales, así como para la elaboración de planes de contingencia y la contratación de servicios como desinfección; ayudas para digitalizar los sistemas de check-in que eviten el contacto y la creación de una APP especializada para que los peregrinos puedan reservar con antelación, evitando aglomeraciones en horas punta.