La Fiscalía ha mantenido la petición de 15 años de prisión para un acusado de agredir sexualmente de modo continuado a su hijastra menor de edad en Vigo en un juicio celebrado este viernes en la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en la ciudad olívica, que ha quedado visto para sentencia.
Durante la vista, que continuó el juicio iniciado el día anterior, el primero celebrado en esta sección de la Audiencia Provincial desde la entrada en vigor del estado de alarma, el Ministerio Público también ha mantenido la demanda de un pago de más de 52.000 euros a la niña por los daños causados y las secuelas para el procesado, que ha vuelto a negar los hechos en su intervención final.
Asimismo, la acusación particular ha demandado que se le retire la patria potestad de una hija que tiene en común con la madre de la víctima, a la que representa.
En concreto, según manifestó la menor en sus declaraciones, los hechos tuvieron lugar durante un año y medio, entre marzo de 2017 y septiembre de 2018, cuando el acusado, que convivía con esta niña y su madre, la agredía sexualmente «unas tres o cuatro veces por semana». En ese tiempo, la víctima, con la que este hombre vivió durante ocho años, tenía entre 11 y 13 años de edad.
Después de que la madre de la niña encontrase restos de semen en las sábanas de la cama de su hija, el acusado abandonó la vivienda familiar. Además, esta mujer preguntó a la menor sobre lo ocurrido y la niña confirmó que había sido agredida sexualmente. Al día siguiente, su padrastro fue arrestado.
DECLARACIONES DE MÉDICOS FORENSES
Además, las dos profesionales que llevaron a cabo un examen ginecológico de la menor después de que esta confesase a su madre los hechos en septiembre de 2018 han señalado que estos muestran que mantuvo relaciones sexuales de modo continuado. No obstante, han precisado que no se han encontrado restos biológicos de este varón ni lesiones en el cuerpo de la niña.
La persona que ha elaborado el informe psicológico también ha insistido en que la menor «no ha entrado en contradicciones» en las declaraciones realizadas respecto a los hechos después de que se denunciasen, aunque ha señalado que los datos aportados sobre las agresiones sexuales fueron «concretos» y escuetos. No obstante, el informe elaborado ha reflejado que el testimonio de la menor resulta «creíble».
Las tres profesionales han coincidido al señalar que la menor presentaba un bloqueo mental y un «bajo estado anímico» en el momento en el que fue examinada por los médicos forenses. También se ha apuntado que los hechos enjuiciados generarán consecuencias psicológicas a la menor.
Adicionalmente, las médicas forenses han destacado que el hecho de que no se encontrasen marcas de lesiones en la menor no puede conllevar que se entienda que los actos sexuales han sido consentidos debido a la diferencia de edad respecto a su padrastro y al vínculo que unía a ambos dada su convivencia. Así, una de ellas ha destacado que este varón «no la agredió porque no lo necesitaba» dada la «relación estrecha» que mantenía con la niña.
RELACIÓN CON LA MENOR
Una hija del acusado que convivió con este, su esposa y la presunta víctima antes de los supuestos hechos ha declarado que este tenía una relación limitada con su hijastra, así como que los residentes en la vivienda hacían planes en familia.
Un hermano del procesado que recogía a los hijos de la esposa del acusado para llevarlos al colegio durante abril y junio de 2017 ha explicado que esta contactó con él para informarle de la detención de su marido, así como que intentó ponerse en contacto con el acusado la primera vez que salió de prisión, donde permanece.
Adicionalmente, el hermano del procesado ha apuntado que las puertas del domicilio tendían a mantenerse «abiertas», por lo que la abogada defensora ha cuestionado que ningún familiar se percatase de los supuestos hechos pese a que se realizaron de modo continuado. La defensa también ha cuestionado el proceso de recogida de la sábana utilizada como prueba (fue entregada por la madre de la niña a agentes de la Policía Local) y la cadena de custodia de la misma.
A ese respecto, la fiscal ha remarcado que la cadena de custodia «tiene un valor instrumental» y no representa un «elemento esencial» dentro de las pruebas y testigos aportados a la causa. También ha considerado que las declaraciones de las médicas forenses confirman los hechos de los que se acusa al procesado.