El Gobierno estudia que el retorno a las aulas sea voluntario tanto para alumnos como profesores, dando prioridad a los estudiantes en una situación más vulnerable. En concreto, aquellos que no han podido seguir la educación a distancia desde que se suspendieron las clases presenciales, pero también escolares que hayan padecido los estragos de la pandemia en su familia.
Según ha podido saber Europa Press, estas son algunas de las propuestas que maneja el Gobierno para su plan de desescalada en el ámbito educativo. Actualmente, más de diez millones de estudiantes de todas las enseñanzas siguen el curso académico desde casa tras el cierre de las aulas a mediados de marzo para contener la propagación del coronavirus.
El Ejecutivo no baraja una fecha concreta para volver a abrir los centros educativos, pero ha empezado a definir las condiciones higiénicas y sanitarias para esa inédita ‘vuelta al cole’ a final de curso, siempre que la evolución de la pandemia lo permita.
La reanudación de las clases presenciales solo se contempla de manera parcial y simultánea a la actual enseñanza a distancia. También voluntaria, tanto para escolares como para docentes, lo que evitaría la incorporación de profesores con síntomas de coronavirus o con dolencias que les sitúan entre la población de riesgo.
Fuentes del Gobierno señalan a Europa Press que los estudiantes de segundo de Bachillerato (que preparan las pruebas de acceso a la universidad de este verano), cuarto de Secundaria y de Educación Especial serían los primeros en pisar un aula si se dan las circunstancias sanitarias adecuadas.
La incorporación se sucedería por etapas, y tomarían el testigo el resto de estudiantes de Bachillerato y Secundaria. Después los de Primaria, y en último lugar los de Educación Infantil, porque entre el alumnado de menos edad resultaría más complicado mantener la distancia y los protocolos higiénicos para evitar los contagios.
Antes de abrir sus puertas, todos los centros educativos tendrían que haber realizado una desinfección completa de sus instalaciones y disponer de geles y mascarillas suficientes. Además, la distancia social se considera imprescindible, por lo que habría que garantizar una separación de dos metros entre pupitres que obligaría a reducir los grupos y clases a la mitad.
También a escalar la entrada y permanencia en el centro educativo de los estudiantes, algo que evitaría además las aglomeraciones en las puertas de los colegios e institutos. Con ese mismo propósito, el Gobierno descarta la apertura de los comedores escolares en un hipotético escenario de reapertura de los colegios, y prolongaría durante un tiempo fórmulas alternativas para garantizar la alimentación de los escolares con beca.
FRANCIA PREPARA UNA VUELTA «GRADUAL»
Algunas de las medidas que estudia el Gobierno de España son similares a las decididas por Francia, que prepara un regreso «gradual» de los estudiantes a sus centros educativos a partir del próximo 12 de marzo limitando a 15 el número máximo de alumnos por aula, y comenzando por los de menor edad, como explicó el ministro de Educación, Jean-Michel Blanquer.
En concreto, Francia plantea que el 12 de mayo vuelvan a clase los estudiantes de Infantil y Primaria hasta los 11 años, mientras que la semana del 18 de mayo lo harían el resto de los de Primaria junto a los de Secundaria, así como los de instituto y los de Formación Profesional. Para la semana del 25 de mayo se retomarían «el conjunto de las clases», según los planes del gobierno francés.
En Francia la vuelta a clase tampoco supondrá el fin de la enseñanza a distancia, y el ministro de Educación galo ha precisado que solo abrirán los centros que cumplan con las exigencias sanitarias de contar con jabón o gel hidroalcohólico para el lavado de manos.