Los animalistas de la Fundación Franz Weber ha remitido al Gobierno central una denuncia administrativa contra la Xunta de Galicia por entender que la autorización de permitir batidas de especies silvestres, como es el caso de jabalíes, «podría vulnerar» el confinamiento decretado por el estado de alarma.
En concreto, se trata de una decisión adoptada en el marco del Centro de Coordinación Operativa (Cecop) de la pandemia del coronavirus, órgano en el que participa no solo la Xunta, sino también la Delegación del Gobierno y la Federación Galega de Municipios e Provincias (Fegamp).
Tras la reunión de este sábado, se autorizan las batidas de jabalíes en grupo –hasta el momento, solo se permitía la caza individual y en la modalidad de espera– para «garantizar la actividad agraria» y «reducir los accidentes de circulación» que produce la fauna salvaje, tal y como explicó el vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda.
No obstante, este domingo, la Fundación Franz Weber advierte que esta iniciativa «plantea una diferencia injustificada» en la movilidad de la sociedad «en función de si una persona posee o no una licencia de caza».
Además, el colectivo animalista señala que la normativa estatal «nada menciona acerca de la caza como actividad esencial o exceptuada» durante el estado de alarma. «El propio Ministerio de Agricultura no menciona la caza en la nota remitida a los medios el pasado 14 de Abril, pero ha servido de excusa para que la Xunta y otros territorios abrieran la puerta a legalizar los permisos de caza por motivos supuestamente excepcionales, como daños agrícolas o accidentes de tráfico», lamenta la Fundación.
Por ello, el colectivo ha remitido una denuncia a la Secretaría de Estado de Seguridad, que «según algunas informaciones ya se habría opuesto a que las comunidades establecieran órdenes o resoluciones para facilitar la caza».
BANCO DE PIENSO
Por otra parte, la asociación animalista Libera propone la creación de un «banco de pienso» en el que colabore la Xunta, los municipios y las ONG que dirigen las protectoras con el objetivo de facilitar el alimento a animales de familias «que han visto perder sus ingresos» como consecuencia de la crisis del coronavirus.
La clave es «no forzar más los bolsillos» de estas personas y poner a su disposición una iniciativa que es ya «habitual» en otros países europeos con cooperación público-privada. «Empresas de fabricación de piensos y grandes superficies colaboran de forma habitual con las asociaciones e instituciones», explica Libera.
Asimismo, los animalistas subrayan que este sistema «contribuiría a evitar la entrega» de animales en centros de recogida «e incluso abandonos», ya que las dificultades económicas de las familias «obligan a tomar medidas muy duras en lo emocional y ningún ser vivo debería quedarse en el camino por esta crisis sanitaria».