El portavoz del BNG en el Congreso, Néstor Rego, ha advertido al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de que considera «imposible» que las medidas «verdaderamente transformadoras» que los nacionalistas consideran necesario adoptar para superar la crisis económica y social después de la pandemia del covid-19 puedan ser «acordadas con las fuerzas de la derecha».
Al respecto, avisó de que el BNG «de ninguna» manera «apoyará políticas de recortes sociales, privatización o precarización» de los servicios públicos o de «recentralización política», que son las «recetas habituales, tanto del PP como las de otras fuerzas de la derecha y ultraderecha».
En el marco de una ronda de contactos con partidos políticos para tratar de alcanzar unos nuevos pactos de la Moncloa, Néstor Rego ha mantenido un encuentro virtual con el jefe del Ejecutivo central. Estos contactos tienen como objetivo trasladar la propuesta de mesa para la reconstrucción social y económica, con el fin de consensuar un gran acuerdo entre las fuerzas políticas.
Así las cosas, durante la conversación, Rego trasladó a Pedro Sánchez que cambiar la orientación de las políticas sociales y económicas «pasa por buscar acuerdos a la izquierda y con el soberanismo de las diferentes nacionales del Estado».
PROPUESTAS
Según el BNG, el presidente del Gobierno no adelantó propuestas concretas en el ámbito económico y social y se centró en la necesidad de acuerdos y en el procedimiento propuesto.
Por su parte, el portavoz nacionalista, que en su mesa contaba con una guía medioambiental y del rural de Galicia, ha trasladado la visión de la formación frentista al respecto de la necesidad de llevar a cabo «políticas verdaderamente transformadoras» en el ámbito social, económico y fiscal si se quiere garantizar una «salida social y justa» de la crisis, así como para «evitar que, una vez más, paguen los trabajadores».
De este modo, trasladó la primera de las reclamaciones que ha hecho el BNG, como es la recuperación de los «millones» del fondo del rescate bancario. Además, propuso reducir el gasto militar, renunciando a la compra de armamento previsto, e implantar una nueva política fiscal, «realmente progresiva y redistributiva», que «grave a las grandes fortunas y empresas».
El BNG también apuesta por aprovechar este momento para buscar un nuevo modelo productivo y por «nacionalizar» las grandes corporaciones de los sectores estratégicos de la economía –financiero, comunicaciones y energético, entre otros–, empezando por las que fueron públicas.