Las bodegas ourensanas han experimentado un «importante parón de las ventas» que podría comprometer su futuro tras el cierre del sector hostelero, uno de sus principales mercados, a raíz de la crisis del coronavirus.
«Las bodegas cuyo modelo de negocio está orientado básicamente al canal Horeca (hostelería y restauración), que son la mayoría, están pasándolo mal en estos momentos», ha señalado el presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen O Ribeiro, Juan Manuel Casares Gándara.
La tabla de salvación del sector se presenta para aquellas bodegas que disponen de un canal de venta con el sector de la alimentación que a día de hoy continúa funcionando.
No obstante, los Consejos Reguladores «no disponen todavía de los datos objetivos» para valorar cómo está evolucionando la comercialización en las grandes superficies y supermercados.
La «incertidumbre» sobre el alcance de las consecuencias se ha instalado en el sector vitivinícola y «la capacidad de aguante económico y financiero de las bodegas dependerá del tiempo que dure la crisis ocasionada por el coronavirus».
No obstante, «la campaña de Semana Santa, como uno de los momentos de ocio más importantes relacionados con el de consumo de vino, ya está perdida», ha señalado Juan Manuel Casares Gándara.
A partir de ahora, habrá que prestar atención a la «evolución de la situación en cuanto al levantamiento de las medidas de restricción, parejas a la evolución de la pandemia».
«Tendremos que ver si durante la campaña de verano y posteriormente en la de navidad somos capaces de frenar esta caída de las ventas y recuperar algo de cuota de mercado, pero insisto en que la pérdida por las semanas de confinamiento es ya un hecho», ha explicado el presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen O Ribeiro.
SALIDAS A LA CRISIS
Como posibles salidas a la crisis del sector vitivinícola, desde la Denominación de Origen de O Ribeiro han puesto sobre la mesa de la Consellería de Medio Rural de la Xunta de Galicia la necesidad de «destinar fondos para promocionar y estimular el consumo de vinos de calidad».
Dentro del sector primario, «la industria del vino va a ser una de las más afectadas porque no se trata de un producto de primera necesidad».
De este modo, Juan Manuel Casares Gándara apuesta por «potenciar la recuperación en la medida de lo posible de los hábitos cotidianos del consumo de vino», una vez superada la pandemia.
El presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen de O Ribeiro también ha abundado en la idea de «abrir líneas de ayudas específicas para los viticultores y las bodegas, más allá de las medidas económicas generales que se están poniendo en marcha para hacer frente al día después de la crisis».
Estas ayudas deberían ir orientadas a «paliar los efectos ocasionados por la crisis del coronavirus y a la posible afectación por los episodios de heladas».
En concreto, O Ribeiro experimentó la semana pasada ciertos episodios de heladas que, según «estimaciones grosso modo», por la imposibilidad de desplegar todos los medios técnicos necesarios para su determinación, «podrían haber afectado a un cerca de un 15% de la superficie», ha explicado Juan Manuel Casares Gándara.