El Servizo Galego de Saúde (Sergas) retrasa de la semana 37-38 a la 40 la derivación de las mujeres con embarazo de bajo de riesgo de los centros de Atención Primaria al hospital en el marco de las medidas de prevención adoptadas debido a la crisis sanitaria por el coronavirus.

Así lo ha explicado, en declaraciones a Europa Press, la matrona de los centros de salud de O Pino y Touro, Rosario Rivas Mato, quien ha señalado que desde el inicio de la crisis sanitaria por el COVID-19 se han tomado diversas medidas como ésta y reducir a telefónica toda la atención posible durante el embarazo de bajo riesgo.

De este modo, en lugar de citarlas a consulta en primaria cada cuatro o seis semanas, las matronas atienden a las embarazadas con cita telefónica para minimizar riesgos de contagio al evitar el desplazamiento al centro de salud.

No obstante, en los embarazos de bajo riesgo se mantiene las citas de consultas presenciales para las embarazadas en el caso de administración de vacunas, revisiones para controlar el latido del feto y otras, así como las ecografías de control en el hospital.

En este sentido, ha puntualizado que, posteriormente, en el paritorio las medidas serían las mismas, es decir, si la embarazada tiene síntomas de COVID-19 se le hace la prueba y el personal usa equipos de protección individual si han dado positivo. Y para acudir al centro de salud se les recomienda acudir «con mascarilla y lavado de manos».

GRUPO DE RIESGO

Preguntada si tras lo sucedido en A Coruña donde una embarazada de 37 años infectada con el virus falleció después de una cesárea en la que su bebé nació muerto el Sergas les ha dado instrucciones para extremar las medidas con las embarazadas, Rosario Rivas ha puntualizado que en primaria no han tenido «ninguna notificación oficial» al respecto hasta la fecha.

Sobre este colectivo, ha recordado que las embarazadas están incluidas en los protocolos del Ministerio de Sanidad como grupo de riesgo de desarrollar enfermedad grave por COVID-19. Al respecto, esta matrona ha señalado que «el propio embarazo hace que tengan modificados varios factores», por lo que, por ejemplo, son población diana para la vacunación antigripal.

«Ya eran grupo de riesgo», ha puntualizado Rosario Rivas, quien ha explicado que las embarazadas «tienen inmunodepresión y alteraciones» –como anemias y otras– por su estado.

RECOMENDACIÓN

Por todo ello, ante síntomas de una infección respiratoria aguda, aunque no tengan fiebre, recomienda a las embarazadas llamar a su centro de salud, que le asesorará sobre la prueba del COVID-19.

Con todo, ha subrayado que «lo más importante» para este colectivo de riesgo es «mantener el confinamiento lo mejor que se pueda», ir a las ecografías al hospital y, si es de bajo riesgo, seguir las consultas posibles por vía telefónica con el centro de salud.

Esta matrona ha incidido en que si una embarazada tiene síntomas del virus debe comunicarlo por teléfono a su centro de salud, que la derivará a Medicina Preventiva de su hospital de referencia para realizar una prueba sin bajar del coche o, si su estado no le permite el desplazamiento, se la practicarán en el domicilio.