La Policía Nacional ha detenido Emilio Lozoya Austin, exdirector general de Pemex e impulsor de la compra del astillero vigués por parte de la petrolera mexicana, en virtud de una orden de extradición en el marco de una investigación por su presunta relación con casos de corrupción, según han informado a Europa Press fuentes policiales. El arresto se ha llevado a cabo por parte de los agentes del grupo de fugitivos cuando salía de una urbanización en la Costa del Sol.
El fiscal general de México, Alejandro Gertz Manero, también ha confirmado el arresto de Lozoya, acusado de delincuencia organizada, cohecho y operaciones con recursos de procedencia ilícita. «Efectivamente, después de un largo peregrinar con la orden de aprehensión y con Interpol y en este caso de la Policía española, logramos la detención», ha dicho a Radio Fórmula.
Las autoridades mexicanas investigan si el antiguo responsable de Pemex recibió 10 millones de dólares (9 millones de euros) de forma fraudulenta de la constructora brasileña Odebrecht, implicada en múltiples casos de corrupción en el continente.
Emilio Ricardo Lozoya Austin, que pasará este jueves a disposición del juez de la Audiencia Nacional, Ismael Moreno, fue director general de Pemex de 2012 a 2016. El exdirectivo cuenta con varias investigaciones en su contra por su presunta relación en los delitos de cohecho y operaciones con recursos de procedencia ilícita.
En las investigaciones judiciales se acusa a Lozoya de proporcionar información falsa sobre su declaración patrimonial, al haber omitido, en más de una ocasión, una cuenta bancaria que registraba saldos de cientos de miles de pesos, según informa ‘El Heraldo de México’.
ENTRADA DE PEMEX EN HIJOS DE J. BARRERAS
En septiembre de 2012, Pemex y la Xunta de Galicia anunciaban la firma de los contratos para la construcción de dos floteles (uno en Barreras y otro en Navantia-Ferrol) y, algo más de un año después, a propuesta de Emilio Lozoya, el Consejo de Administración de PMI (filial de la petrolera mexicana) aprobó la compra del 51 por ciento de las acciones del astillero vigués por 5,1 millones de euros.
Esta compra, apadrinada por el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo (en cuya agenda pública figuraron encuentros con Lozoya en 2013 y 2014), se escenificó en diciembre de 2013, en una visita de mandatarios de la empresa mexicana a Vigo. En esa visita, se anunciaron varios contratos más, que nunca llegaron a hacerse realidad (un atunero, tres ‘buques-tanque’ y otras tres unidades que tampoco se concretaron).
Más tarde, la bajada del precio del petróleo y el cambio de gobierno en México, donde el presidente López Obrador anunció la revisión de contratos y una investigación sobre la «corrupción» en la petrolera, hicieron que el astillero vigués se convirtiera en un quebradero de cabeza para Pemex.
De hecho, la estatal azteca ha trasladado su intención de deshacerse de las acciones, y recuperar los 5,1 millones de euros, así como los 8 millones depositados en garantías.